Visión de Futuro / Mirian Delgado Palma

Columnistas, Opinión

Para la mayoría del conglomerado social es conocido el término “Visión de futuro” que no es otra cosa que el sueño de una realidad brillante y retadora Es la principal fuerza que mueve a las organizaciones hacia el logro de sus metas.  La visión, es un sueño que demanda grandes cambios. La historia registra insignes soñadores que cristalizaron  sus ideales en realidades para beneficio de grandes masas humanas, como: Simón Bolívar el gran libertador de naciones, Mohandas Gandhi, que soñó con liberar a su Patria (India), de la colonización británica, Julio César, Alejandro Magno, Lenin, De Gaulle, San Benito;  por citar algunos líderes que  gracias a su tenacidad  y perseverancia han cambiado el mundo.

En las votaciones pasadas (referendo y consulta) el país exhibió “la Visión del futuro de nuestra Patria”, traducida principalmente en la institucionalidad de la democracia, sepultar la corrupción, respeto a la dignidad de los seres humanos más vulnerables, ejercicio de un verdadero control  a las acciones administrativas de los gobernantes de turno, independencia de poderes en el ejercicio de sus funciones, respeto a la naturaleza, etc.

Constituye un reto de grandes magnitudes que requiere cambios urgentes. Las tendencias de los indicadores estadísticos señalan cambios inmediatos y mediatos: cambiar el modelo, cambiar el estilo de la gobernabilidad, cambiar las estructuras mentales a través de las que construimos o destruimos nuestro país;  en definitiva,  cambiar el rumbo del Ecuador.  Implementar estos cambios invocados por el soberano es tarea imperante del primer magistrado de nuestro país, que deberá revertirse de gran dosis de voluntad, fuerza, coraje, decisión y sinergia; más el empoderamiento y cooperación de todos quienes integramos esta maravillosa e incomparable nación. Ávidos esperamos  que no se mate la esperanza y el respeto al más fino tejido social,  que es su pueblo, que logre empatía con el sentir del alma popular que en forma democrático le entregó las llaves del poder para el progreso y desarrollo de este pedacito de patria que se llama Ecuador.

El corazón de la patria está representado por su gente que vive en su territorio y simboliza su heredad histórica, su cultura, su idiosincrasia. Ya lo decía el gran poeta hindú (premio Nobel) Rabindranath Tagore: “La patria no es la tierra. La gente que la tierra nutre es la Patria”. Siendo coherentes con estas premisas, el Ecuador es su gente. De manera que la gente se ha enrumbado en un proyecto de futuro que abra nuevos caminos, que encienda la antorcha con la luz de la verdad, de la dignidad, del respeto, de la tolerancia y amor a Dios y su prójimo. Que valore vivencias y acciones pasadas; pero sobre todo, busque nuevas respuestas, para un futuro promisorio que diseñe un nuevo paradigma de un verdadero Estado Soberano. Nos corresponde a todos los ecuatorianos/as, gravar en la mente y el corazón la copla del poeta Rubén  Darío, que dice:  “Si mi patria es pequeña,  uno grande la sueña. Y la hace grande al despertar”. (O)

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