Urgente reducción de tasas de interés / Ec. Mg. Diego Proaño PhD (c)

Columnistas, Opinión

Con el pedido del presidente Lasso a los bancos y cooperativas de ahorro y crédito, se confirma la urgente necesidad que nuestro sistema financiero flexibilice los altos porcentajes de tasas de interés que cobran por créditos. Es que, en verdad en una economía dolarizada como la nuestra, no es admisible que se apliquen porcentajes como los de microcrédito minorista en donde la mismísima Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, autoriza la friolera tasa máxima de 28,5%, realmente de usura de chulco oficializado, para créditos de consumo 17,30%, lo que, en lugar de estimular el endeudamiento para las micro y pequeñas empresas para fortalecer sus capitales de trabajo, debilita y aleja de esa posibilidad. Lo mismo sucede con la espeluznante tasa para consumo con tarjeta de crédito o compras a crédito en locales comerciales en donde hace pensar muy bien al posible cliente antes de endeudarse.

En este contexto es sumamente difícil reactivar la economía con costos de dinero caro e inalcanzable, por ello la urgencia que se hagan los ajustes necesarios con cambios en la legislación financiera en el código orgánico monetario y financiero, en los mecanismos de calculo que aplica la Junta y hasta en la política publica del régimen, por atraer la inversión extranjera de la banca de inversiones, que podría permitir la llegada de recursos económicos baratos y exigiría a la banca nacional a volverse mas eficiente en la captación, colocación y operación de la intermediación, para bajar sus tasas a niveles adecuados para el país.

Lo peor de todo es que de acuerdo a la estructura productiva de Ecuador, el 95% de las unidades de producción, están compuestas por micro y pequeñas empresas, por ello que, de las 900.000 que existen 855.000 son MiPymes, las que requieren de créditos y en su mayoría caen en los segmentos del microcrédito, por esto bancos y cooperativas de ahorro y crédito les aplican tasas desde el 20,12%, hasta el 28,5%, si a esto le sumamos el 22% de carga fiscal que pagamos los ecuatorianos por pago de impuestos, tasas, predios, contribuciones y aranceles, entonces fácilmente entre impuestos y tasas de interés se paga un 50% adicional al valor de un producto o servicio y de allí, el porque de tener una economía dolarizada con precios altos y poco competitivos.

Por ultimo y como se diría en el argot popular, tras cuernos palos, el famoso impuesto único que algunos sabios crearon del 2% a las ventas de las microempresas, definitivamente le terminan matando a cualquier intención de emprendimiento o innovación en el país. Por todo ello es urgente que se tomen las medidas necesarias para instar a que las tasas de interés bajen considerablemente. (O)

ANALISTA ECONOMICO – ASESOR EMPRESARIAL

Deja una respuesta