Un dolor de cabeza…/ Andrea Manjarrez Ocaña.

Columnistas, Opinión


La palabra Tesis causa conmoción entre los estudiantes que atraviesan sus estudios de tercer nivel en adelante, se ha convertido en una larga tarea, negativa, molesta, complicada, tediosa que conlleva mucho tiempo y esfuerzo pero ¡en que instancias de la vida se convirtió en ello!, si fue creada para ofrecer un trabajo de investigación directa del que se puede obtener provecho; grandes proyectos en el futuro de un pre profesional pueden vislumbrarse si la famosa tesis se afirma como lo que en sus inicios fue. Esta temática sobre todo en nuestro país ha sido situación de burla entre colegas educandos por el desagrado  que conlleva para la mayoría de personas, o peor aún en ocasiones fue la razón por la cual muchos estudiantes  no culminaron su etapa estudiantil superior, y se quedaron en aquel caduco certificado de egresamiento, pues el tiempo paso, la vida se vino encima, las leyes cambiaron y ahora solo quedan anécdotas  universitarias plasmados en cuadernos viejos y guardados en el baúl de recuerdos, porque nunca se llegó a culminar esa etapa maravillosa de alcanzar el ser profesional.

Es cierto que de una u otra manera toma tiempo, esfuerzo, dedicación, perseverancia pero al recordar que es la aplicación de todos los conocimientos aprendidos, es la proposición al mundo, laboral, social, cultural, de las ideas compactadas en una sola disertación de razonamiento que plantea una hipótesis es decir la perspectiva de tu carrera expuesta ante todo un tribunal y mediante él, el mundo que te rodea, que te permite alcanzar un gradúo, demostrar que alcanzar un peldaño más en la vida es difícil pero no imposible, recuerda que depende de ti el aprovechar la oportunidad y enriquecerte con ella así que evita convertir la tesis en… Un dolor de cabeza…(O)


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