Tu corazón… / Andrea Manjarrez Ocaña

Columnistas, Opinión

 

 

En ocasiones me pregunto si la vida se tornó más complicada a través del tiempo, o el ser humano la envolvió en un caos real y palpable, reconociendo que la actualidad, modernismo y globalización han permitido que la sociedad como tal se vea beneficiada, también se debe vislumbrar la triste apariencia de la estabilidad, la liquidez con la que se maneja todo a nuestro alrededor y refiriéndome con este término, a la poca solidez de la época, a la cultura disuelta día con día que deja en el olvido la base histórica, dejando de lado los principios estipulados por la sabiduría de anteriores generaciones e incluso antepasados ilustres que invirtieron tiempo y sapiencia para heredar un legado inquebrantable, que la juventud atropella.

La simplicidad adaptada al beneficio propio e individualista, es lo que ha logrado el materialismo de sentimientos; la disolución de entereza, fortaleza, y autoestima es ocasionada al idolatrar al know-how en el que vivimos, que le dio prioridad a la apariencia y le quitó importancia al ser.  Minimizar a una persona por su profesión, educación, posición social, aspecto, cargo laboral, elección de credo; juzgarla por sus diferencias, atacarla por no estar de acuerdo con su forma de vida, no nos permite tener sana convivencia en paz y tranquilidad. Desencadena una batalla interna, emocional y dañina, la solución está en ver más allá de  la percepción del mundo, trabajar con tu subconsciente para lograrlo, procurando el bienestar común, pues el individualismo lastima a quien lo vive, recuerda que el ser feliz es una decisión que depende de ti mismo, el alejar de ti todo antivalor que puede traer consecuencias, para dar paso a la prosperidad de la que te puedes hacer merecedor si actúas como te dicta Tu corazón. (O)

 

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