Te alabamos señor / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión



El declive y pérdida de fieles de las iglesias tradicionales no significó la desaparición de la religión. Promovió la aparición de nuevas formas de religión y de -esos sí- dioses paganos del buenismo contemporáneo, solapado y superficial. El feminismo, el veganismo, el nihilismo, el ambientalismo y muchos más. Sus pontífices: las oenegés del momento y los organismos internacionales más vivaces, con la ONU encabezando y financiando el desmadre. 

¿Que hay que despenalizar el aborto sin proteger el derecho a la vida de los niños en el vientre? Si la ONU lo dice, habrá que hacerlo. ¿Que hay que abrir las fronteras y permitir que entre cualquier persona, aún con antecedentes penales y delincuenciales a otro país? Si la ONU lo dice, habrá que hacerlo. ¿Qué se deben suprimir costumbres o prácticas culturales que atentan contra la moral actual? Si la ONU o cualquiera de sus satélites lo dice, habrá que hacerlo. 

Las incapacidades nacionales, los miedos y la mediocridad de los servidores públicos han convertido a varias naciones en títeres paniaguados de la dictadura dorada de los internacionales. 

Ahora la ONU ha firmado su nuevo edicto: no se comerá carne para que el planeta no se caliente mucho y se conserve intacto y virgen como lo tenemos ahora. ¡Carajo! Les faltó especificar qué tipo de carnes incluye la prohibición. ¿Solo de vaca o contamos también a los pollos y a los cerdos? ¿Qué hay de los cuyes y, por supuesto, de los gatos y los perros que con gusto consumimos en los shawarmas callejeros? ¿La prohibición alcanza también a los veganos que cometen el onanismo mental de llamar carnes al tofú? Palabra de la ONU; te alabamos señor. 

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