Serie los valores humanos: la voluntad / Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Uno de los valores humanos más elevados es sin duda, la voluntad, ya que constituye el grado superior del querer como impulso y deseo personal, emparentándose con lo más sagrado presente en todo individuo y que se traduce en su sentido del deber.

La fuerza de la voluntad es lo que nos permite perseverar hasta alcanzar nuestros grandes ideales y objetivos de vida, sin ella terminamos corriendo de un lado a otro sin saber realmente hacia dónde vamos.

Es aquella realidad espiritual interna que nos lleva a obrar de manera que podamos cambiar las cosas externas para mejor, así como para transformarnos y transmutarnos nosotros mismos, haciendo “del plomo de la materia imperante, el oro del espíritu resplandeciente.”

De ahí que la voluntad interior se emparente con nuestro propio ser, es la expresión en nosotros de lo que los sabios de la antigüedad llamaron “voluntad pura”, que constituye el final de un largo el camino que nos conduce a actuar por deber, porque es necesario, porque lo debo hacer sin más, sin esperar recompensa alguna.

Pero este camino, nos dicen, es arduo y difícil debido a que preferimos simplemente hacer lo que deseamos, lo que nos conviene, lo que queremos personalmente. El problema es que al actuar de esta manera cada uno buscará “llevar el agua a su molino” olvidando que somos parte de una humanidad que necesita del aporte desinteresado de todos para desarrollarnos y evolucionar en conjunto.

La voluntad es síntesis, a diferencia de la inteligencia que es análisis, por lo que la primera integra y la segunda transforma. Es el ser interior el que puede integrar, en tanto que nuestra personalidad exterior piensa y también duda, porque la multitud de deseos nos lleva a la indefinición, cuando no está de por medio, una voluntad que decide.

He aquí el reto para todo individuo: actuar por reacción ante las circunstancias o decidir a partir de la certeza de la voluntad, con la fuerza que le es propia. Recordando uno de los libros más importantes de la antigua India, el Bhagavad Gita, podemos parafrasear y decir que “es cierto que los deseos son poderosos, pero más poderosa que ellos es la mente; y más poderosa que la mente aún, es la voluntad.”

La voluntad es la clave para conseguir lo que uno se ha propuesto. Es la joya de la corona de la conducta. El que tiene educada la voluntad verá que sus sueños se irán convirtiendo en realidad.

El esfuerzo individual es clave para la formación de la voluntad, la cual se construye con base en la formación moral de principios y valores. Significa también aprender a hacer buen uso de nuestro libre albedrío, en lo que la determinación y el coraje son fundamentales para hacer lo que nos corresponde hacer más allá incluso de nuestros propios deseos y conveniencias.

La voluntad nos permite superar dificultades, contratiempos y estados de ánimo, actuando siempre con recta intención. (O)

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