SERIE LEONARDO DA VINCI: EL SABER DETRÁS DE SUS PINTURAS / Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Una de las facetas más destacadas de este genio universal fue la pintura, aunque únicamente se conocen alrededor de 20 obras suyas, debido principalmente a sus constantes experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica.​

Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas.

Se conoce que Leonardo da Vinci (1452-1519) tuvo la intención de escribir una gran obra teórica sobre la pintura, pero se duda de que alguna vez llegara a completarla.

En cualquier caso, se cuenta con el Tratado de la Pintura que no fuera elaborado por él sino por un autor anónimo de manera póstuma hacia el 1550, quien recogió una colección de pensamientos y de notas extraídas de sus manuscritos y compilada, seguramente de Lombardía – Italia.

Es claro que Leonardo aspira a descubrir las leyes de lo pictórico como punto de partida para un conocimiento general y profundo de la realidad, es decir hace de la pintura el mejor medio de expresión de ese saber. Por ello en sus obras encontramos al mismo tiempo arte y filosofía, bajo una realidad cósmica de unidad.

Algunas de sus pinturas más importantes, las describimos a continuación:

La Mona Lisa. – también conocida como La Gioconda, se trata de un óleo sobre madera pintado entre 1503 y 1506. La pintura es un retrato de Mona Lisa, la joven esposa de Franceso de Giocondo, según el testimonio de Giorgio Vasari. Sobre esta obra hay incontables teorías y especulaciones, pero más allá den la llamada sonrisa enigmática, hay una extraordinaria técnica pictórica utilizada.

La última cena. – es una pintura de mural ejecutada por Leonardo entre los años 1493 y 1498. Esta obra que muestra a Jesús en una mesa con sus discípulos le dará gran notoriedad al artista.

La anunciación. – pintada entre los años 1472 y 1475, es un cuadro al óleo sobre madera que representa la escena de un episodio de Nuevo Testamento en que el ángel visita a la Virgen para comunicarle que dará a luz al Mesías.

La Virgen y el niño con Santa Ana. – obra en óleo sobre madera, ejecutada en 1510. En ella están representadas tres figuras bíblicas: Santa Ana madre de María, la Virgen y Jesús Niño, quien sostiene en su mano un cordero. Una de las claves simbólicas de este cuadro habla de los personajes representan respectivamente al universo, la tierra, el hijo de Dios y la humanidad.

San Juan Bautista. – es un óleo sobre madera realizado entre 1513 y 1516. Es posible que haya sido la última obra del pintor, en los últimos años del Renacimiento. En ella San Juan apunta a lo alto con el dedo índice de la mano derecha, tal vez reforzando la importancia de la Divinidad y su relación esencial con la realidad interior del ser humano.

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