Seguridad y verdades / Editorial

Editorial, Opinión

En los últimos días el gobierno y el Primer Mandatario han endurecido frontalmente su discurso contra el terrorismo y la inseguridad. Enhorabuena. El Ecuador nunca debió permitir la penetración del narcotráfico y la delincuencia organizada que lo rodea, así como tampoco debió convertirse en un refugio de paz y tranquilidad para criminales y guerrilleros.

Los diálogos del ELN debieron haberse suspendido hace mucho tiempo. Las obras en la frontera, como el puente fantasma que nos conecta con Colombia en Mataje, no debían haberse construido nunca. La investigación sobre el financiamiento de las FARC a campañas electorales debió iniciar desde el 2006, no recién ahora.

Existen muchas inquietudes por contestar. Muchas respuestas que necesitan aclaración. Jugar con la seguridad es jugar con lo más sagrado de una sociedad, con la razón misma de la existencia de un Estado. Los gobernantes tienen que ser frontales, serios y comprometidos con eliminar a los malos elementos y proteger a sus conciudadanos. (O)

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