Secuestro / Fausto A. Díaz López

Columnistas, Opinión

El secuestro, es un delito que atenta contra la libertad; priva de este derecho de forma violenta a una persona o grupo de personas por un tiempo determinado, con el propósito de obtener un rescate o el cumplimiento de otra clase de exigencias que normalmente perjudican, al o a los secuestrados. Existen diferentes modalidades de secuestro. Cuando el delito lo cometen bandas que son estructuradas por células, éstas designan sujetos que llevan a efecto diferentes actividades hasta que la persona o personas señaladas se encuentren en cautiverio. El secuestro, es considerado el más: dañino, peligroso y lesivo acto delincuencial por lo que los estados, castigan con penas severas, entre las que no esta exenta la pena de muerte.

En América Latina, aparece esta modalidad en Colombia. Se agudiza con el nacimiento de las guerrillas comunistas que florecen a finales de la época de violencia generada por el “Bogotazo”. Estas organizaciones, integradas por comunistas y liberales radicales, se retiraron hacia el sur a la región de “Marquetalia”, donde se establecieron las llamadas “zonas liberadas”, que replicaron en el: El Pato, Caquetá, Rio Chiquito, Guayabero y Sudoeste de Tolima. El aparecimiento de las FARC, tuvo un carácter exclusivamente rural, manejaron un ideario político de igualdad social y ruptura de las estructuras políticas y sociales existentes, se fortaleció y reafirmó el principio de la “lucha armada para conseguir sus fines”. En el trayecto perdió sus ideales y se dejó tentar por el dinero del narcotráfico.

Los que ahora han conformada bandas terroristas, son los disidentes que no se acogieron al proceso de paz al que se sometió las FARC. Estos, se han reagrupado en células que se dedican a ejercer y defender al narcotráfico y otros delitos. En nuestro país su presencia brutal se hizo evidente el 27 de enero/2018 con actos de intimidación en la frontera norte. Actualmente, siembran el pánico en los poblados de San Lorenzo y Eloy Alfaro, con detonación de bombas que ya cobraron cuatro vidas de valientes militares. que dejan en la orfandad a sus familias.
La cuota que paga Ecuador hasta el momento, no se salda con esos crímenes; más bien se incrementó con el secuestro de tres periodistas de un equipo de noticias de El Comercio, que fueron capturados en ese corredor inseguro del norte de Esmeraldas mientras iban a realizar un reportaje periodístico, a esto se suma un cuarto secuestro de un ciudadano que según su esposa lleva ya cinco años en esa situación.

Se hace imperativo, que el gobierno tome las medidas necesarias para la pronta liberación de los secuestrados y para desterrar definitivamente a ese grupo de facciosos; para lo que no debe desestimarse la ayuda ofrecida por Estados Unidos y Brasil. (O)

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