Salud y crisis económica / Dr. Patricio Arellano Abedrabbo

Columnistas, Opinión

La pandemia, a la que estamos enfrentando, ha puesto en jaque a todo el mundo. La emergencia sanitaria que esto implica ha azotado de tal manera que, todos los países se han visto avocados a poner en juego una serie de medidas, experimentando un verdadero caos en todos los estamentos y actividades personales y colectivas, generando un ambiente de frustración e incertidumbre!…Si esta emergencia intempestiva ha producido y continúa produciendo una crisis social, sanitaria, educativa, familiar, no es menos importante la crisis económica que la estamos viviendo en carne propia. Crisis que se ha recrudecido con el aislamiento social y la serie de restricciones que indudablemente han sido y siguen siendo indispensables para evitar una verdadera catástrofe sanitaria y el colapso del sistema de salud con la saturación de sus servicios que hacen lo posible por frenar el embate del Codif-19.

Vista la situación de este modo, la gente no ha podido concurrir a sus labores, se han cerrado cantidad de medianos y pequenos negocios y centros comerciales y sus empleadores se han visto en la triste situación de despedir a sus empleados por no tener ingresos para cancelar sus haberes; igualmente empresas que han cerrado sus puertas y se han declarado es banca rota; pequenos comerciantes y vendedores ambulantes que no han podido ofrecer sus productos o de ser así no han podido vender por no acatar las medidas de protección o no existir compradores que por temor a contagiarse no han salido de sus casas…Con el semáforo amarillo, se abre la posibilidad de salir de casa y de concurrir a las labores con ciertas restricciones en el transporte público evitando las aglomeraciones para así paliar en algo la crisis económica.

A esta crisis económica se suma la serie de medidas  impuestas por el gobierno, como la reducción de las horas laborales con la correspondiente disminución de su sueldo en 16.66 % en el sector público y 8.33% en los profesores. A más de esto los recortes presupuestarios a las universidades, los impuestos a los servicios básicos, la baja o subida en el precio de la gasolina paralela a a las normas internacionales de los hidrocarburos y el alza o baja del petróleo.

Como consecuencia de esta crisis económica, han subido los índices de pobreza y desempleo hasta niveles alarmantes, con las correspondientes repercusiones  en el bienestar de miles de familias, sumándose a ésto el fallecimiento de aquellos miembros que sostenían las necesidades de los hogares… Un Pais devastado y agónico que ve derrumbarse sin poder recuperarse, se ha visto obligado a instaurar dichas medidas  y ante las cuales un pueblo sufrido y también destrozado, tiene que arrimar el hombro  aunque quizá no estemos de acuerdo en todo. Por otro lado, el gobierno está buscando por todos los medios, la ayuda de estamentos internacionales, con préstamos a largo plazo y bajo interés y el diferir el pago de la deuda externa. En fin, la situación es demasiado delicada y crítica, y parecería que no tiene salida, sin embargo recordemos que “no hay mal que dure cien anos, ni cuerpo que lo resista”. La esperanza será lo último que perdamos. Si perdemos la fe en tiempos de crisis estaremos derrotados!!…Juntos venceremos, los que podamos, quedémonos en casa!! (O)

Lunes con Salud/Hacia la Salud por la Naturaleza

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