Rodeo del chagra en honor a San Fernando

Interculturalidad
Durante el rodeo del chagra los competidores demostraron sus habilidades en el dominio del lazo. (Foto El Heraldo)
 
 

La devoción a santo San Fernando en la parroquia del mismo nombre crece cada año. Como es característico se desarrolló el rodeo del chagra con la presencia de experimentados jinetes y amantes de las fuertes emociones.

El rodeo criollo y el concurso del lazo es lo que atrae a la afición en esta parroquia y es la sana tradición que los chagras conservan como parte de su identidad, señaló Fernando Tustón, quien forma parte del grupo organizador y quien además dijo sentir orgullo por continuar la tradición por seis años en coordinación con muchas personas que respaldan la organización.

La programación inició con el rodeo desde el barrio Santa Tres Marías hasta la Plaza de Toros San Fernando donde hicieron gala del paso galante y firme la Chagra Bonita, Jazmín Freire y Señorita Taurina, Estefanía Telenchana, seguido de las inscripciones de los participantes para que salgan al ruedo.

Hugo Tustón es parte de los organizadores y dijo que seguirá integrando la comitiva hasta que Dios quiera. Como parte de la programación recibieron colchas hermosamente decoradas. Son tres semanas de fiesta de los cuales los chagras estuvieron al frente de este evento únicamente el 18 de mayo y de ahí en adelante el resto de la programación se turna el Comité de Fiestas con varias organizaciones y el párroco, añadió.

Los chagras entraron a la arena con sus caballos y demostraron sus habilidades para enlazar a las reces en el menor tiempo posible. El ganador se hizo acreedor al premio mayor consistente en el caballo ensillado cuyo valor supera los mil dólares. No es lucro, es el deporte que se desarrolla únicamente por fe.

Por varias décadas, la quiteña María Cañizares asiste al espectáculo porque le agrada ser parte en las emociones del rodeo del chagra. 

La fiesta es motivo de júbilo y la esperanza es llevar el primer premio, dijo emocionada Matilde Chimborazo, quien llegó desde la provincia de Bolívar con cinco caballos para participar en el rodeo que, según ella, lo lleva en la sangre. (I)

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