¡Responsabilidad! / Mirian Delgado Palma

Columnistas, Opinión



La tragedia que vive el Ecuador por la letalidad de la pandemia ha traído consigo graves secuelas en el todos los ordenes del convivir nacional, específicamente en el tema económico; que, como siempre la más afectada es la clase pobre y desprotegida que no puede recuperarse de sus caídas y heridas, porque los males se presentan en serie, como si se tratara de una maldición.

Las contingencias naturales, la pandemia espeluznante de la corrupción y el covid-19, han enlutado el panorama promisorio del Ecuador; al parecer, se encuentra en un callejón sin salida por la negligencia y tozudez de quienes detenta el poder y los líderes comunitarios “salvadores del pueblo y de la patria”, que no miran más allá de sus intereses personales y grupales en detrimento de la mayoría de los ecuatorianos que buscan en forma desesperada la reivindicación de los pobres; por tanto, se ha visto empañada la luz de la esperanza, porque no hay medidas económicas que les calce y satisfagan los apetitos personales de quienes están ubicados en los sectores estratégicos del Estado.

¡Auxilio!, el barco se hunde, ¿Quién/es, nos salvarán…? El Poder Divino y nosotros mismos. En nuestras manos está el destino de la Patria, no permitamos que se empañe las grandes concepciones de justicia, libertad y dignidad. Luchemos por el bienestar del pueblo, por las aspiraciones populares, por nuestros derechos. Aquello lograremos siendo más analíticos, pensadores, proyectivos y solidarios para con prácticas inmediatas encontrar caminos de redención, que conduzcan al desarrollo de nuestra ultrajada Patria.

Busquemos la seguridad y el bienestar social con actitud responsable, altruista, solidaria y proactiva. Que doloroso saber que el Ecuador es uno de los países latinoamericanos más azotados por la pandemia covid-19. Tal vez entre los fallecidos están sus familiares o todavía no ha experimentado el fuerte dolor que causa la partida de un ser querido; y, para complementar esta angustia, en algunos casos no han podido sus deudos darles cristiana sepultura, porque los cadáveres han desaparecido o revivieron los declarados muertos, por arte de magia. ¿Qué les parece…? Esta muy clara la lectura de estos nefastos episodios. ¿Qué tipo de profesionales están al frente de la administración pública que no son capaces de manejar simples datos personales?

Los escenarios ya se dieron, hoy la prioridad es cuidar nuestras vidas y de los demás; es el momento de actuar con absoluta responsabilidad, disciplina y orden observando y respetando las directrices impartidas para la movilidad humana a nivel nacional y local, con el propósito de evitar un mayor contagio y lamentar más pérdidas humanas. Debemos estar conscientes que no sólo el mayor riesgo está en las personas de la tercera edad, han fallecido personas de diferentes edades: y, lo más doloroso niños/as que se han quedado sin la tutela de sus padres. 

En una sociedad los individuos estamos obligados a respetar y cumplir con el deber por la esencia misma de la conciencia, por nuestra capacidad de reflexión; de este modo, nos responsabilizamos mejor de nuestros actos y nos cuidamos de no ser parte de la tragedia de nuestros semejantes. No sería nada saludable regresar a una siguiente cuarentena. (O)

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