Reforma a la Ley de Armas / Paúl Viteri Albán

Columnistas, Opinión

Desde los años ochenta nuestro país cuenta con la Ley de fabricación, importación, exportación, comercialización, y tenencia de armas, municiones, explosivos y accesorios; misma que al estar vigente, es la encargada de regular y controlar dicha actividad.    

A pesar de lo anotado y por la conocida novelería del gobierno anterior, a través de la expedición de decretos y reglamentos, se decidió limitar dicho derecho, justificando su criterio en que era deber del estado, garantizar la seguridad ciudadana, debido al elevado auge delincuencial de ese momento y que mediante el fortalecimiento de los organismos de control se conseguiría dicho objetivo.

Ahora que han trascurrido algunos años, considero importante cuestionar si dichas decisiones fueron acertadas o no, debido a que jamás, limitar el derecho de los honestos redujo los altísimos índices delincuenciales de los que se habló en su momento, claro, tal vez sea, porque las armas que son utilizadas por los delincuentes en este país, no son legales y peor cuentan con el permiso de porte respectivo.

Todos los días vemos a través de los medios de comunicación como las personas son víctimas de robos, violaciones, asesinatos a manos de la delincuencia, siendo los mecanismos utilizados por el gobierno cada vez menos efectivos, lo que de una manera u otra hace urgente se tome correctivos sobre este tema.

En la Asamblea Nacional el Asambleísta Esteban Torres presentó desde el año anterior un proyecto de reforma a la ley de armas, mismo que será tratado en los próximos días por la Comisión de Justicia o la Comisión de Soberanía, Integración y Seguridad Integral de la Asamblea Nacional, que según tengo entendido, la mayoría de sus miembros tienen miedo hacerlo, debido a lo delicado y complejo que resultaría políticamente el tema, como si a los ciudadanos honestos nos importara lo que es o no políticamente correcto, esperemos que ojalá y entiendan. ¡Que los delincuentes ya tienen armas, y los que las necesitamos somos nosotros, para defendernos de ellos! (O)

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