¿Quién Miente? / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Hace unos días atrás escuchaba un noticiero matinal, en donde el periodista manifestaba (con indignación o ignorancia) ¿Quién Miente? Se refería a la encrucijada de criterios que envuelven a la gente respecto de la situación política y económica que vive el país, y que hace que la gente pase de un estado de optimismo a pesimismo (y viceversa) respecto de sus perspectivas, objetivos y sueños. Lo cual genera duda de que el progreso sea posible.

Las decisiones que ha tomado el gobierno del Presidente Moreno ciertamente han sorprendido a propios y extraños, pues llegó con el auspicio de la “Revolución Ciudadana” que durante diez años infló la economía en base de un populismo económico que privilegió la expansión de la demanda agregada y el financiamiento deficitario. Y pronto se dio cuenta que había que limpiar la casa infectada por la corrupción, decidió tomar el control de la política llamando al diálogo con los diferentes sectores y convocando a una consulta popular.

Ahora pretende orientar correctamente la economía a través del proyecto de reforma económica enviada a la Asamblea, en que se destaca el control del déficit primario (diferencia entre gasto corriente e ingresos por impuestos), y ha designado a un dirigente empresarial como Ministro de Finanzas, despertando con ello el interés de los sectores productivos e inversionistas que ven con buenos ojos la restitución del aparato productivo.

No obstante empiezan a aparecer los detractores, aquellos resentidos que llaman traidor a quien pretende cambiar el modelo autocrático de la década anterior, por uno más democrático; y aquellos contrarios (neo liberales) que esperan que el nuevo modelo falle para utilizar como plataforma política preparándose para las elecciones próximas.

¿Quién Miente? El coherente que primero trata de limpiar el desorden heredado para luego emprender las reformas económicas necesarias para enrumbar al país, o aquellos resentidos que esperan algún tropiezo del gobierno para denunciar el statu quo en beneficio partidista.
Estimados lectores, que no pretendan sorprendernos con discursos noveleros; la política clientelar debe desterrarse, y para ello la gente debe prepararse a través de la lectura que es la mejor opción (quizás la única). Como dice Mafalda (Quino) “Vivir sin leer es Peligroso, te obliga a creer en lo que te digan”. (O)

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