Quédate en casa / Luis Silva

Columnistas, Opinión

El Gobierno Nacional solicita, para evitar el contagio de la pandemia denominada coronavirus, que debe quedarse en casa. Pedido que se reitera: mediante cadenas nacionales.

Quedarse en casa, depende de los trabajos que realice. Si es un vendedor ambulante, que vive de esa actividad, es imposible quedarse en el hogar, porque de eso depende el mantenimiento de la familia; igual para las personas, que trabajan en establecimientos de salud, es indispensable su presencia, mas aun en esta epoca de crisis sanitaria. Estos son dos ejemplos, de varios que existen,para no quedarse en casa.

Para quienes, recibimos un sueldo como empleados privados, de gobierno o jubilados, si podemos quedarnos junto a la familia. Pero que debemos hacer, para no aburrirnos. Los que somos jubilados, ya estamos enseñados a permanecer en casa, pues planificamos con anticipación, que hacer en el hogar.

Con el perdón de ustedes, quiero darles a conocer mi diario en la cuarentena. Me despierto, a las 6 horas, oro y doy gracias a Dios por la vida y la salud, de la familia y de todo el mundo. Prendo la televisión para ver los noticieros, hasta los 8 de la mañana.

Luego arreglo el dormitorio, dejo todo en orden y realizo el aseo personal. Camino enérgicamente, máximo unos 30 minutos, de acuerdo con mi edad, un baño y listo para desayunar; han transcurrido varias horas y son las 10 de la mañana.

Es hora de subir a la terraza para decibir el sol, que nos brinda gratuitamente la vitamina D. Hago una pausa y observo la grandiosa obra del Creador. Un horizonte fascinante y espectacular; en La Cordillera Occidental de los Andes, admiro El Chimborazo, «El Coloso de los Andes», tras nuestra montaña, El Carihuirazo, «Viento Macho de la Nieve», El Casahuala y El Sagatoa, mas conocido como Pilishurco; en La Cordillera Oriental, se destacan dos imponentes y fabulosos volcanes, El Tungurahua y El Cotopaxi. Es un espectáculo impresionante, hermoso y divino. Es el tiempo de leer y descansar. Son las 12 horas.

Almuerzo, converso y a lavar la vajilla, hay que ayudar en algo a las duras labores de la esposa, hace varios años se acabo la epoca machista; una breve siesta reparadora y a mirar dos pellculas de acción; son las 18 horas.Una ligera merienda y a ver en la televisión, las ultimas noticias. Son las 22 horas y a dormir. Este es mi diario, no solamente en cuarentena y me siento bienaventurado.

Si se combina, varias actividades que se realiza en casa, no se sentirá aburrido, ni agotado, estará, satisfecho de haber tomado la decisión de quedarse en casa. (O)

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