Pucará, el viento de la serranía / John Tello Jara

Columnistas, Opinión


En una mañana fría con temperatura de 4° Centígrados  a 3.650 msnm y tras pasar varios obstáculos con un camino enlodado, tuvimos la oportunidad de llegar al sector de Pucará en la parroquia rural Pilahuin, en compañía de las autoridades locales con el fin de observar las bondades del sector.

El paisaje muy pintoresco que contrasta en uno de sus miradores, el camino de tierra que necesariamente debe transitarse en auto de doble tracción y, al otro costado de la vía (que conduce a Guaranda y de allí a Guayaquil) una vía completamente asfaltada que nos brinda la imagen de lo tradicional y clásico en conjunción con la modernidad de la vialidad.

De entrada, tuvimos la compañía de alpacas, de cuya piel se puede obtener fibras resistentes para confeccionar ropa y alfombras, además por este sitio podemos llegar al Carihuayrazo y Chimborazo (con guías en todos los casos), pudiendo realizarse diferentes actividades deportivas como ciclismo, caminatas, observando el paisaje, comprendiendo la importancia de plantas nativas, las cuales sirven como verdaderos colchones que retienen el líquido vital que sirve para abastecer a las comunidades y la ciudad.

Previo a este recorrido pasamos por Shushcapamba, donde practican el trabajo en equipo al traer, limpiar con agua, trasladar y ubicar en costales las zanahorias que se producen en el sector (el producto es regado con agua de vertientes naturales manifiestan, lo que le hace más sana), además el mercado se ubica a pocos minutos de este sitio y en este se comercializan variedad de productos agrícolas, saboreando animales menores como cuyes y gallinas en preparación casera, lo que destaca su gastronomía.

Consulté sobre la pandemia y los casos allí existentes y supieron indicarme que el aire puro, la comida sana, las caminatas permanentes y el uso de la “medicina ancestral” han impedido que el virus se propague entre sus pobladores.

Si tenemos deseos de caminar, bajar el estrés de la ciudad y de los problemas cotidianos, hacer compras y por supuesto disfrutar de un paisaje andino, este recorrido es una bonita experiencia. (O)

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