¿Progreso o esclavitud? / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

En la búsqueda de los orígenes de los males que nos atentan, uno de ellos podemos encontrar en las redes y dice:

“Cuando vienes a este mundo, traes contigo tres propiedades de valor incalculable que te pertenecen sólo a ti y sin las cuales no podrías vivir: tu cuerpo, tu mente y tu tiempo de vida, las de más posesiones que puedas acumular a lo largo de tu vida tienen un valor relativo, una caja de joyas tiene exactamente el valor que tú le quieras dar, porque en el fondo no son más que trozos de metal…¿Te parecen razonamientos demasiado simples y obvios?, quizás lo sean, pero aunque no lo creas, aquí es donde nacen parte de nuestros problemas, ¿Por qué?, para explicarlo bien lo traduciremos todo a dinero, supongamos que eres tan rico que tienes todo el dinero del mundo, eso son aproximadamente más de 50 billones de dólares, tienes todo lo que quieres, puedes comprar todas las fábricas, todos los autos, todo el petróleo,  todas las ciudades, controlar a todos los gobiernos, incluso podrías comprar la luna y ponerle tu nombre, sin embargo en tu lecho de muerte consciente de que tu tiempo en el mundo se acaba, intentas comprar una hora más de vida, pero no puedes, ni ofreciendo toda tu fortuna puedes comprar una hora de vida, ni un segundo. Entonces te das cuenta de que un solo segundo de tu tiempo tiene un valor incalculable. Traducido en dinero, podríamos decir que un segundo de vida tiene un valor superior a 50 billones de dólares. Entonces siguiendo este razonamiento toda tu vida es un desastre financiero, un pésimo negocio. Por ejemplo si cobras 20 dólares por una hora de trabajo y cada segundo de tu vida tiene un valor superior a 50 billones de dólares, entonces por cada hora de trabajo estás cambiando más de 180 mil billones de dólares en valor-tiempo por tan sólo 20 dólares en billetes, y no digas que éste es un razonamiento tramposo, esta es la verdad que rige nuestro mundo, cambiamos propiedades de valor incalculable por billetes, y a ello dedicamos toda nuestra vida. No te digo que trabajar sea algo malo, ciertamente necesitas trabajar para poder subsistir, pero no debería ser de esa forma. Recuerda de que antes que se inventase el dinero, aire, agua, comida, un entorno en el que vivir, y las otras personas estaban a su disposición gratuitamente como obsequio de la naturaleza, sin embargo, ahora, miles de años después, necesitas mal vender tu cuerpo, tu mente y tu tiempo a otras personas u organizaciones para tener acceso a cosas de la naturaleza que eran gratis…a eso lo hemos llamado progreso.

¿Será que en vez de progreso es una esclavitud que no la percibimos como tal y el dinero son nuestras cadenas que desde pequeños nos han programado muy bien y nos han “amaestrado” para que no seamos capaces de valorarnos a nosotros mismos y a las demás personas?

Este mecanismo psicológico que niega el auténtico valor de las cosas y que se lo otorga a cosas vacías es como un virus psíquico que ha colonizado nuestras mentes hasta convertirnos en sus esclavos, generando odio entre nosotros, entre religiones, patrias, alimentando los prejuicios y deshumanizándonos no importa cuál sea el sistema: derechas, izquierdas, dictadorzuelos, banqueros, populistas, anarquistas, siempre volvemos al mismo punto, el mismo mal reaparece una y otra vez”.

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