Peligrosa conflagración interna en Nicaragua /

Columnistas, Opinión

 

Nicaragua experimenta una peligrosa conflagración interna. La prensa internacional trae información referente a la inconformidad demostrada por grupos sociales, comandada por estudiantes universitarios que impugnan el manejo del Estado por Daniel Ortega y su esposa quien ejerce la vicepresidencia, quienes, junto a grupos de fanáticos orteguistas se han dedicado a robustecer y mantener vigente el sandinismo y la aplicación del Socialismo del Siglo XXI, que les permite mantenerse en el poder cómodamente, manejando todas las funciones sin que les importe la condición de carencias y miseria en la que vive buena parte de la sociedad.

La primera clarinada del descontento se dio a principios de abril de 2018, cuando se produjo un incendio en la reserva natural de: “Indio Maíz”, que lógicamente se culpó a la oposición. Pero la crispación social se desencadenó, cuando se publicó la reforma a la Ley de Seguridad Social. Este nuevo instrumento legal incrementó los aportes de trabajadores y empleadores y lo que más irritó a la sociedad fue el establecimiento de una retención del 5 % a las pensiones jubilares. A este desatino se unió la dispersión de una manifestación de personas de la tercera edad que reclamaban por la disminución que iban a sufrir a sus exiguas pensiones.

Este acto calificado de inhumano y fuera de toda consideración hacia las personas mayores, generalizó la protesta de: universitarios y personas jóvenes a los que acompañaron sectores de trabajadores, campesinos, ambientalistas, defensores de Derechos Humanos y ciudadanos en general. El gobierno retiró la reforma, pero como el pueblo sólo necesitaba un pretexto para demostrar su generalizado descontento, este fue el motivo que dio inicio a la peligrosa conflictividad que hoy vive Nicaragua.

El enfrentamiento de la población civil encabezada por los universitarios, ha llegado a niveles dramáticos. La prensa internacional entrega información de las refriegas que se dan con frecuencia entre la policía, apoyada por grupos de paramilitares sandinistas y los universitarios apoyados por grupos sociales que piden un cambio de gobierno. La lucha es desigual. Los partidarios del gobierno cuentan con armas modernas y según se publica no disparan sólo balas de goma, sino, balines y balas de plomo. Esos disparos no son al aire sino al cuerpo y de la cintura hacia arriba.

Estas batallas han causado decenas de muertos y heridos y una cantidad indeterminada de detenidos entre estudiantes, población civil, defensores de Derechos Humanos y periodistas. La CIDH y AI han protestado enérgicamente ante el gobierno de Ortega por la feroz arremetida de las fuerzas policiales contra universitarios y la población civil, que luchan por un cambio de gobierno para que el país salga de la miseria en que se encuentra. (O)

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