Palimsestos del Inti Raymi/ Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión


¿Por qué pervive el Inti Raymi? Vamos  a esta reflexión bajo dos supuestos: o la tradición indígena tahuantinsuyana es muy fuerte, o la iglesia cristiana fue tolerante porque también traía mitos sobre la veneración al sol. Haciendo una generalización en la que podría alargarme,  puedo decir que la mayoría de las culturas del globo, fueron adoradoras al sol, al que los amerindios del incario llamaron inti, y le hicieron fiestas, raymis con diversos rituales. Esto quiere decir que hay que ver a los  inti raymis, como un palimsesto, que equivale como a montajes que se hacen de una foto sobre otra donde hay huellas de la anterior; o como cuando en un cuadro de pintura, sobre algo ya pintado, se repinta otro cuadro y de pronto vuelve a aparecer lo que supuestamente estaba borrado.

“En los mitos solares ocupa un lugar central la presencia de un dios joven, de origen astral, que cada año muere y resucita encarnando en sí los ciclos de la vida en la naturaleza….en la época en la que se formó la leyenda del Jesús-Cristo los cultos solares dominaban el espectro religioso a lo largo y ancho del Imperio romano. En las culturas de mitología astral, el Sol representaba el padre, la autoridad y también el principio generador masculino. Durante la antigüedad, en todo el planeta, el Sol fue el emblema de los grandes dioses, y los monarcas de todos los imperios se hicieron adorar como hijos del sol…Horus, Mitra, Adonis, Dionisos, Krisna, etc” (Ver: Rodríguez, Pepe, Mentiras fundamentales de la iglesia católica, Barcelona, 2004, p. 156).

Aquí habría que añadir testimonios de soles amerindios como el de oro de La Tolita, ícono identitario de ecuatorianidad contemporánea: sol con rayos de serpientes (500 A.C.). El Sol de los muiscas en la actual Colombia que ayudó al mito de El Dorado. Tihuanaco en la actual Bolivia tiene entre sus ruinas arqueológicas la “Puerta del sol”, en cuyo dintel aparece su figura tallada. Se sabe que los mayas adoraron temerosamente a un dios solar llamado Kinich Ahau (rostro del sol), considerado como propiciador de las sequías. El mito antecesor del incario está con Pachacamac y el sol que se remonta a unos 900 A.C., pero después de los años 1200, los incas y su adoración al sol se funden, se imponen y se expanden por el imperio del Tahuantinsuyo. Lo de la personificación del inca como un sol del deseo está verificado en un sistema de sometimiento de la mujer a ser seleccionada como “virgen del sol”, reclutada de varias etnias de élites que quedaron bajo su control.

Sobre los raymis o fiestas a los solsticios en las culturas andinas ecuatorianas, sería importante que se tome en cuenta lo que constan en los archivos coloniales, respecto a que ciertos caciques de etnias que no fueron incas (ecuatorianas) eran contrarios a estas celebraciones, sobre todo cuando fueron respaldados por los priostazgos cristianos. Además, los raymis  o fiestas que acá se ritualizan actualmente son diferentes a los objetivos de los incas, entre cuyos seguidores se hacía un ritual militar y bélico, con proclamaciones de orejones y guamanes que no se lo hace en nuestro medio, sino que más bien tiene que ver con el puro sentido ligado a la fecundidad de la tierra y a sus ciclos productivos. Esto lo pueden leer en un libro donde pongo lo referido,  respaldado en trámites judiciales de los archivos. Mi obra se llama Controversia sobre las Festividades Centroandinas (2019)…(O)

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