Otra vez octubre / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

Tras el último desencuentro del movimiento indígena y el gobierno del encuentro, del presidente Guillermo Lasso, aún no está definida la nueva fecha para que reinicie el diálogo. 

El 20 de agosto, en el palacio de Carondelet, sede de la presidencia de la república, el subsecretario de gobernabilidad, Juan Fuertes, recibió a la comitiva de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Conaie, en la sede de la presidencia. Esta cita se concretó, aunque los días previos, hubo un cruce de palabras entre el presidente Guillermo Lasso y Leonidas Iza, máximo líder indígena. Finalmente, se trató de una conversación entre mandos medios, sin resultados concretos y sin por lo menos el esbozo de una hoja de ruta para futuros encuentros. Tampoco se fijó la fecha para la siguiente reunión. Lo que sí existe es una clara advertencia al gobierno de convocar a nuevas protestas y hasta de la misma magnitud del paro de octubre de 2019. 

Si bien, Leonidas Iza, anteriormente conminó a derogar los decretos firmados por Lenín Moreno, con los cuales se liberó el precio de los combustibles. Es más, públicamente fijó el 11 de septiembre, como último plazo para ser atendido en su petición. Así lo expresó en una radio.  A la fecha, el ultimátum no trajo consecuencias. El gobierno no se inmuta. Todo continúa sin cambios y el precio de la gasolina y el diésel subió nuevamente esta semana.

A pesar de esto, la Conaie no da su pie a torcer. Tras la falta de atención a su ultimátum, esta semana, Leonidas Iza exigió al presidente Lasso a no deteriorar más la posibilidad de diálogo, difundiendo lo que a su criterio es mentira sobre los hechos ocurridos durante el último levantamiento indígena. Esta advertencia coincidió con la marcha de los sectores sociales y del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), que se desarrolló en Quito hace un par de días y con el cierre de algunas carreteras por parte de grupos de agricultores de la costa. 

A falta de quince días para terminar el octavo mes del año, vuelve el peligro de convertir octubre en el mes emblemático de la violencia en las calles. De parte del gobierno hay firmeza frente a las intimidaciones, no sólo del sector indígena, sino de donde provengan. Lo cierto es que, en las actuales circunstancias, con una crisis económica sin precedentes y una reactivación que no termina de cuajarse, no hay cabida para nuevas paralizaciones. (O)

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