La Plaza Colombia / Luis Silva

Columnistas, Opinión

La Plaza Colombia, estaba ubicada en el espacio que hoy ocupa El Mercado Modelo, entre las calles Tomás Sevilla, Juan Benigno Vela, Espejo y La Avenida Cevallos; rodeada de edificios ancestrales, de uno y dos pisos.

Los almacenes de las habitaciones, se ocupaban para vender productos traídos de La Región Litoral como arroz, azúcar, sal, cemento y otros. También se expendían, de nuestra región; harinas, granos, manteca de chancho, vestidos, artículos para el hogar y muchos más. En La Avenida Cevallos, existían los bares y salones, que eran muy concurridos en el día y especialmente en la noche.

En La Plaza Colombia, estaban las ventas perfectamente distribuídas en puestos, para ofrecer verduras, frutas, papas, legumbres, variedad de granos, quesos, leche, pan, carnes y en un gran especia se podía degustar comida típica, que desde la madrugada comían los amanecidos en las parrandas.

Había amplios caminos para facilitar las compras de productos, que se mostraban sobre tablones, sostenidos por soportes de madera, a los que se les denominaban «burros». Todo estaba cubierto por carpas de lona, para evitar el sol y las lluvias.

No faltaba el lugar, preferido de los ambateños, para la venta de llapingachos,mote, «hornado», chorizo, fritada, morcilla, frescos y salpicones, hoy llamados jugos y batidos, que se enfriaban con hielo natural, traído de los nevados cercanos.

Pero lo original, desaparecido hace muchos años, era la forma de comprar; una persona, gritaba «pongan en papas», era para los que no podía comprar un «tercio» en 5 sucres, se hacía «vaquita», de un sucre y se adquiría luego era repartido en 6 porciones, porque quien gritaba y hacia la división, llevaba su parte por su trabajo. Así se obtenían varios productos.

Todas estas características las observé, cuando acompañaba a mi madre a comprar, todos los días lunes; era el que llevaba las canastas, ya que en esa época no existía las fundas de plástico. Las canastas llenas eran muy pesadas, por lo que traía un «cargador», persona que llevaba a la casa, en su espalda, ayudado por una soga.

Esto es lo que recuerdo, de La Plaza Colombia, en la década de 1.940, cuando era escolar. (O)

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