No poder o no querer desconectarnos de internet / Ing. Patricio Chambers M.

Columnistas, Opinión

Es evidente que cada día nos resulta más difícil desconectarnos, aunque sea por unos minutos, de las redes sociales y de la Internet en general. Esto viene generando serios problemas de convivencia junto a varias complicaciones de salud a nivel personal.

Tal como lo señala Javier de Rivera, sociólogo especialista en tecnologías y redes sociales, “cualquier persona con una mínima capacidad de autoobservación sabe que tenemos un problema”, pues cada día por ejemplo es mayor el número de usuarios de toda edad que permanecen inmersos y absortos en videojuegos o aplicaciones en sus dispositivos electrónicos.

El punto es que, en este momento, los desarrolladores de dichas aplicaciones se están sirviendo de trucos psicológicos y del conocimiento creciente de la actividad cerebral para engancharnos y demandar nuestra atención permanente.

Mediante dichos trucos las empresas desarrolladoras de aplicaciones en internet, están logrando que cada vez nos separemos menos de nuestros celulares, para lo cual incluso las programan para que salte una notificación que nos recuerda que hace tiempo no utilizamos tal o cual programa. Si decidimos entrar por un momento, lo más probable es que terminemos dedicándole al menos 20 minutos.

Las estadísticas hablan de que los usuarios de móviles los consultan más de 40 veces al día, existiendo además una cuarta parte que los consultan entre 100 y más de 200 veces. Por otra parte, la mitad de las personas con smartphone los usan más en horas de la noche.

Esto nos está llevando a vivir un mundo en el que las personas no seamos capaces de concentrarnos por un simple sonido emitido desde el celular al recibir una notificación de Whatsapp, un correo del trabajo, una mención en Twitter o un video en directo de Facebook.

Por ello Sherry Turkle, investigadora del MIT, en su libro “En defensa de la conversación” nos advierte: “Ten presente el poder de tu teléfono. No es un accesorio. Es un dispositivo psicológicamente poderoso que cambia no solo lo que haces, sino quién eres”, reiterando además que los más jóvenes están perdiendo empatía entre sí.

El celular es en este sentido un aparato muy poderoso, pues es a través de él como las personas se identifican con sus grupos en los cuales se sienten tomados en cuenta cuando les llega un mensaje o simplemente aislados cuando no.

Los programas para dispositivos móviles y computadores están siendo diseñados para robarnos nuestro tiempo. Así lo relata Tristan Harris, ex – funcionario de Google: “Ellos quieren que los uses de determinada manera y por largos períodos de tiempo. Porque así es cómo hacen dinero. Hay un gran abanico de técnicas que se utilizan para conseguir que utilicemos el producto durante el mayor tiempo posible”.

Sin embargo, desde el lado de la industria hay argumentos y es que los usuarios son libres de tomar decisiones, pero como se ve, aquello no es cierto pues están moldeando y manipulando la mente de la gente. (O)

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