Ni votos ni nulos, ni blancos, / Ec. Mg. Diego Proaño PhD(c)

Columnistas, Opinión


En democracia, todos quienes cumplimos los requisitos y estamos empadronados, tenemos el derecho a elegir mediante el voto a nuestros futuros gobernantes. En este contexto y en la recta final de la campaña electoral para elegir al nuevo Presidente de la República, existen tres opciones de votación. Votar por uno de los dos candidatos, anular el voto o dejar la papeleta en blanco. Si se opta por una de las dos alternativas presidenciales, se consideraran como votos validos, de ese universo se tomará el porcentaje para el candidato ganador, empero si existe un gran número de votos nulos o blancos, ese universo de votantes no es considerado en el global, por lo que habrá reducido el total y el nuevo presidente se elegirá según cumpla una mayoría de votos solo de los validos, es decir con menor proporción.

Por ejemplo para el caso ecuatoriano, si el padrón es de 12,8 millones de votantes y 3,5 millones votaron por uno de los candidatos, 4 millones por el otro  y el resto (5,3 millones) entre nulos, blancos y ausentismo, el cálculo para anunciar el ganador se lo hace solo sobre 7,5 millones de votos validos, no por los 12,8 millones originales, por lo que habrán facilitado el triunfo con menos votos al ganador, porque quien haya obtenido los 4 millones de votos, será proclamado como vencedor con el 53,3% de 7,5 millones de votos validos, cuando en realidad obtuvo solo el 33% de votos de los electores y peor aun solo el 22,8% del total de la población ecuatoriana, así seria Presidente de la República con poca votación y aceptación, de otra forma no tendría el porcentaje mínimo de votos totales para ser Presidente.

Con esta explicación votar nulo o blanco, en lugar de demostrar rechazo a los candidatos, está haciendo un daño a la democracia del país, porque de todas maneras aun cuando el elector anule su voto, alguien va a ganar las elecciones, claro está como se explico, con poco porcentaje. Esto además de permitir la llegada de un candidato a la Presidencia de la República con poca votación, también provoca poca gobernabilidad al mandatario sin apoyo y dedicado solo a buscar aliados móviles temporales, para generar respaldo a proyectos o situaciones nacionales puntuales, peor aún hablar que tendría gobernanza cuando gran parte de la sociedad (77,2%) no apoyó a su candidatura. Con todo esto, urgen cambios importantes en el Código de la democracia, desde los requerimientos mínimos para ser candidato a una dignidad de elección popular, hasta la forma de contabilizar votos y declarar ganadores. Tome una decisión en base a propuestas creíbles, reales, necesarias, que profundice el que hará y como lo hará, no se deje llevar por ilusiones, poemas, mentiras o demagogia, de ello depende su futuro, el de sus hijos, sus negocios o empleos. Suerte para nuestro país. (O)


ANALISTA ECONÓMICO – ASESOR EMPRESARIAL

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