Neuralgia postherpética / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

El Herpes Zoster es una enfermedad imprevisible, frecuente, lancinante y muy dolorosa, causada por el mismo virus herpes que causa la varicela. La condición en general es que tiene que haber padecido varicela primero, el virus queda latente en las neuronas sensitivas de los ganglios espinales y ganglios de los nervios craneales durante la vida del paciente. Su síntoma inicial es sólo dolor, el cual puede confundirnos con otra enfermedad, pero cuando aparece el exantema vesico-ampolloso es de fácil diagnóstico, pero de difícil manejo, ya que el dolor es extremadamente intenso inclusive cuando la piel es ligeramente tocada.

La función del dolor es muy importante ya que permite al ser humano mantener la integridad del organismo, como en el caso de retirar la mano sobre algo caliente, es en cierto sentido protector, “útil”, un dolor fisiológico que nos cuida y nos brinda la posibilidad de pedir ayuda. Los que trabajamos en este tema nos especializamos en tratar la causa para que este dolor-alarma desaparezca pero también combatir el tipo de dolor que, en general, no nos sirve de ayuda: el dolor “inútil”comop el del Herpes Zoster, que  ha dejado de ser un signo de alarma en nuestro organismo y sólo se encarga de destruir el ánimo de la persona. Es tal vez el único síntoma que puede instalarse en nosotros para siempre sino adquirimos una conducta más adecuada ya que todos sabemos que, el dolor, cuanto más tiempo lleva dentro de un organismo más difícil es erradicarlo, además recibiendo tratamiento oportuno puede evitarse que cualquier enfermedad se convierta en degenerativa, deteriorante y hasta a veces incapacitante, forzando a que el tratamiento a recibir sea muy agresivo, supresivo y casi sólo paliativo. 

El retraso en el inicio del tratamiento del dolor puede traducirse en una temida complicación que es la neuralgia post-herpética. La persona que llega a padecer ésta, en general no entiende qué le pasa, siente dolor intolerable y sensaciones intensamente desagradables (ardor, comezón) en la zona de la piel afectada durante meses o años, pero allí sólo han quedado cicatrices. La familia tampoco entiende y cree, a veces, que la persona enferma está exagerando.

Hasta hoy el herpes zoster ha sido causa de diversas polémicas a la hora de aplicar un tratamiento eficaz y adecuado. No existe ningún tratamiento medicamentoso que evite el brote y su diseminación. Actualmente se utilizan antivirales, analgésicos anti-inflamatorios, parches anestésicos, corticoides, polvos sulfaminados, radioterapia, analgesia general, antidepresivos, anticonvulsivantes, etc.

La Acupuntura, sin complicaciones ni reacciones secundarias, ejerce su potente acción analgésica, anti-inflamatoria, y, como ya sabemos, a diferencia de la terapia convencional, tiene la generosa ventaja de acortar la evolución de esta temible enfermedad evitando la severa y desenfrenada agresividad de las lesiones en la piel que provoca tanto dolor y molestias a quien lo padece. (O)

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