Navidad / Editorial

Editorial, Opinión

  Evocar la palabra NAVIDAD es traer a la memoria muchos sentimientos que todos  anidamos en corazón y en el alma agradecidos por los beneficios recibidos de Dios y de la vida honesta  practicada en la infancia, la adultez y la ancianidad. Es actualizar los verdaderos valores humanos que caracterizan al cristiano.

  Ha llegado la NAVIDAD a todo el mundo creyente y cristiano con el mensaje de Belén, de aquel acontecimiento histórico y divino, el advenimiento del Hijo de Dios hecho hombre,  que nos trae enseñanzas profundas para la vida diaria. La humildad y la sencillez frente a la prepotencia y la soberbia que son la carencia de valores morales y espirituales.

  Además,  Jesús nos enseña  el amor como el sustento de la convivencia civilizada entre los seres humanos. Cuánto amor sincero y sentido hace falta en la humanidad “deshumanizada” que tiende  a su autodestrucción, por las divergencias personales, familiares y sociales. Lo que es más censurable, la belicosidad de las naciones y avaricia de los gobernantes que llevan sus pueblos a las guerras.

  El perdón debe ser cualidad de los hombres, así como Cristo fue a la muerte ominosa perdonando a quienes tanto mal le infirieron, tanta  vergüenza y tanta infamia, que sólo por su divinidad pudo soportar.

  El recuerdo de la NAVIDAD debe ser permanente con la práctica de la humildad, del amor y del perdón en la familia, en la sociedad y en toda relación interhumana.  No puede a limitarse a regalos o cumplidos de ocasión., sino al sentimiento profundo. (O)

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