Motivar al emprendedor, bajando el costo del dinero / John Tello Jara

Columnistas, Opinión

El dinero tiene un costo y eso lo conocemos desde hace mucho tiempo; así como cuando ingresamos a la panadería y preguntamos el valor del pan, el tendero nos menciona un precio por el pan de “rositas”, integral, de agua, mestizo, cachitos, de dulce, etc. lo mismo ocurre con los servicios, al preguntar el precio de un tour a la costa nos indican si desea hotel 3, 4 o 5 estrellas, desayuno buffet, suite, habitación presidencial, traslados y demás.

Todos los productos o servicios tienen un precio, igual pasa con el dinero, cuando lo necesitamos, la institución financiera nos indica que su costo es la tasa de interés, pero igualmente depende si el crédito es de consumo, vivienda, microcrédito simple, ampliado, etc.

Igualmente, cuando queremos “vender” nuestro dinero, lo hacemos con inversiones a través de pólizas en instituciones financieras con fluctuaciones de plazo. Con el objeto de dinamizar la economía el presidente emite la política de préstamos de dinero al 1% de interés con un plazo de 30 años con montos que podrían ir desde USD 500,00 hasta USD 5.000,00.

La intención es buena, debido a que existe un alto desempleo y subempleo en el ecuador y, por supuesto la gente desea dinero para emprender cualquier actividad que le genere ingresos para los suyos.

Van a una institución financiera y la desilusión llega al ver la cantidad de trámites que deben realizar y las garantías que tienen que cumplir para acceder a los préstamos; el segmento de los trabajadores autónomos o informales son buenos pagadores, eso lo conocemos, incluso a veces pagan a los chulqueros, tasas de interés alto.

La recomendación que haría a los prestatarios, es que elaboren un perfil de proyecto, el cual podría contener básicamente un flujo de caja, para ver cual es el ingreso por ventas y los gastos por compra de materia prima, insumos, uso de maquinaria, gasto de personal y ver si se dispone de la cuota de pago para la entidad financiera, en esto caso para el Banecuador. (O)

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