Modernización del sistema de justicia / Andrés F. Jaramillo Torres

Columnistas, Opinión

            La crisis sanitaria a raíz de la expansión mundial del Covid 19, desde hace más de un año, ha significado que el Estado se vea obligado a modernizar algunos aspectos del sistema de administración de justicia, pues la función judicial no puede justificarse en la crisis sanitaria para dejar de ser oportuna y no resolver las contiendas dentro de plazos razonables. Por ello, se ha vuelto una necesidad ineludible el uso de medios tecnológicos para mantener en funcionamiento el sistema de justicia. 

            No hay duda de que la crisis sanitaria nos acompañará durante un tiempo indefinido. Es verdad que el número de contagios y muertes se ha reducido, pero no por ello podemos olvidar que sigue siendo importante precautelar la salud de jueces, fiscales, abogados, testigos, peritos, y todos quienes intervienen en los procesos judiciales que, sin lugar a duda, no se pueden paralizar. Uno de los métodos más idóneos para precautelar la salud de los intervinientes, resultó ser la implementación de audiencias telemáticas, que permiten la resolución de controversias sin necesidad de exponerse a la latente posibilidad de contagiarse del virus en los diferentes complejos judiciales. 

            Sin embargo, es necesario reconocer que la justicia digital presenta algunos inconvenientes. Quizá el más preocupante, es que  un sector considerable de la población ecuatoriana no tiene aparatos tecnológicos adecuados para hacer uso de las plataformas virtuales de la función judicial. Esta situación constituye un impedimento para que cierto sector de la población pueda gozar de la justicia digital como se esperaría.

            Pese al contratiempo antes advertido, no cabe duda de que la justicia digital ha llegado para quedarse permanentemente. Durante la crisis, este tipo de audiencias, por sentido de responsabilidad, debe convertirse en la regla general, salvo casos muy particulares que por su complejidad requieran comparecencias físicas. Se espera que poco a poco la administración de justicia perfeccione el sistema telemático, que lejos de ser un mecanismo improvisado, debe convertirse en una nueva realidad procesal. (O)

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