Brusca incapacidad / Klever Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

Lógicamente todos los seres humanos tememos o nos alarmamos ante un brusco acontecimiento que nos incapacite parcialmente y hasta nos imaginamos que seguiría avanzando hacia el resto del cuerpo.

La Parálisis Facial Periférica a «Frigore» es un trastorno desfigurante solo de la cara, pero con importantes repercusiones psicológicas, emocionales y familiares.

Es una afección frecuente, aguda unilateral precedida generalmente por un dolor a nivel del oído y en zona periauricular del mismo lado el día en que dicho trastorno se instala, o es completamente indolora, aunque la hemicara es descrita como «acartonada» o «dormida». La secreción lagrimal está trastornada en la mayoría de los pacientes, existe pérdida de sensibilidad en la cara, babeo, pérdida del sentido del gusto en las 2/3 partes anteriores de la lengua, incapacidad parpadeo y de cerrar el ojo del lado afectado. Puede notar, sin síntomas previos, que no puede cerrar bien el ojo y que hace una «mueca» rara con la boca. A veces lo notan antes los demás que el propio enfermo.

La causa de la Parálisis Facial, es aún motivo de disputa, y por lo tanto su etiología es desconocida. Se cree que es provocado por virus que, acompañado de varios factores predisponentes o desencadenantes (cambios bruscos de temperatura, shocks emocionales, etc.). Reviste importancia la predisposición genética y la frecuencia del padecimiento a nivel familiar.

La recuperación comienza dentro de un período de un par de semanas y alcanza el máximo en seis meses.

Es recomendable como parte del tratamiento para la parálisis facial proteger el ojo de la sequedad. El cuidado del ojo, que puede incluir la aplicación de gotas en los ojos durante el día, medicamentos para reducir la inflamación o analgésicos para aliviar el dolor y complejo vitamínico “B”.

No existe un tratamiento medicamentoso específico por lo que las amplias ventajas que brinda el tratamiento con Acupuntura son: acortar la evolución de la enfermedad, minimizar las secuelas al punto de una recuperación estética casi completa.

Durante los ya más de 30 años de experiencia con un grueso número de pacientes que han tenido esta dolencia debo compartirles que uno de los requisitos fundamentales para la rápida recuperación, a más de los cuidados generales, es trascendental fomentar confianza en el paciente de que su recuperación va a ser exitosa, que se elimine el miedo a quedarse con alguna secuela o que no va a recuperarse. Otros factores destructivos son las recomendaciones “caseras” que, sin conocimiento de que hay varios tipos de parálisis, se atreven a recomendar tratamientos que más bien son contraproducentes, confundiendo aún más la orientación que debe tener este paciente que se encuentra desesperado.  por la repentina incapacidad motriz de su cara, carta de presentación de cualquier persona. (O)

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