Me duele el talón/ Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión

El dolor de talón es probablemente la segunda queja más común del pie después de los problemas de las uñas. Hay muchas causas potenciales de dolor en el área del talón, pero la gran mayoría de casos se deben a la irritación de la inserción de un tejido fuerte (fascia plantar) en el hueso del talón (calcáneo). Este tejido soporta el arco del pie y cuando su inserción se inflama, puede desarrollarse una condición crónica, dolorosa e invalidante. Este síndrome, denominado fascitis plantar, constituye una de las causas más frecuentes de dolor en el pie. La fascia plantar es un tejido fibroso grueso y tenso situado en la planta del pie que se inserta en el hueso del talón y se despliega hacia delante para anclarse en la base de los dedos. Su sobrecarga puede provocar desgarros en su inserción posterior con inflamación de los tejidos que la rodean incluyendo el hueso. Esto puede originar la aparición de un «espolón», que aparece en aproximadamente el 50% de los casos. Si se toma una radiografía, se encontrará una calcificación conocida vulgarmente como espolón calcáneo. Este espolón es un fenómeno secundario y no siempre el origen del dolor.

El síndrome doloroso del espolón del calcáneo incluye la fascitis plantar, la periostitis subcalcánea y el espolón, que se presentan habitualmente de forma progresiva, lo que posibilita su identificación con un cuidadoso examen físico, para una vez determinado el que predomina aplicar una acción terapéutica eficaz. El síntoma primario es el dolor localizado específicamente en el área de carga de peso del talón. Comúnmente es más severo durante los primeros pasos al levantarse de la cama, disminuye en cierta medida con la actividad por la distensión de la fascia, y reaparece de nuevo tras un período de descanso. Rara vez hay inflamación visible, enrojecimiento, u otros cambios aparentes en la piel. Es frecuente entre personas que practican deportes esporádicamente, individuos con sobrepeso, personas con arco elevado o pie plano, a menudo personas con pies largos y estrechos, zapatos inadecuados, aplicar gran cantidad de tensión en la fascia como empujar un auto, en muchos casos, una carencia de la flexibilidad en los músculos de la pantorrilla puede ser la causa de la fascitis plantar, personas que pasan demasiado tiempo de pie, aumento repentino de actividad de una persona sedentaria, entre otras.

El tratamiento convencional conservador es generoso y múltiple. El reposo relativo, la fisioterapia, el masaje con hielo, almohadillas para el talón o taloneras, las ortesis rígidas, férulas nocturnas, colocación de un yeso, analgésicos antiinflamatorios, corticoides y anestésicos locales Los ejercicios de estiramiento de la fascia plantar y del tendón de aquiles, vendajes específicos, el calcetín de Strassburg, Prostretch, cuñas, el Foot Flex, sandalias de Mephisto, de Dansko y de Birkenstocks, etc. En la mayoría de los casos se alivia sin necesidad de intervención quirúrgica, mientras menos se demore el paciente en buscar ayuda médica, menos crónica se volverá la condición y sus complicaciones.

Gracias a los generosos e inofensivos mecanismos de acción que tiene la Acupuntura, tanto como analgésico–antiinflamatorio, cuanto como restaurador de los tejidos involucrados en el deterioro de esta lesión, se la aplica acompañada de moxibustión y electroacupuntura con exitosos resultados. A cada paciente se determinará, complementaria o suplementariamente, del tratamiento a realizarse. (O)

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