Mas allá de la Ortodoxia / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

Tenemos una Constitución Política que establece un modelo económico social y solidario, que propende a una relación equilibrada entre sociedad, estado y mercado, que reconoce al ser humano como principio y fin; y que además garantiza el buen vivir…. ¡Pamplinas!, 12 años después el sistema económico no es ni social ni solidario; el desempleo comprime a la gente; las micro, pequeñas y medianas empresas jamás recibieron un trato diferenciado que garantice su desarrollo y permita generar empleo; la banca pública tampoco generó inclusión financiera, al contrario, se convirtió en plataforma del gobierno. En general las políticas públicas que se adoptaron no priorizaron el interés colectivo.

El pueblo es sabio decía mi abuelita; está seguro que no se puede gastar más de lo que se tiene; entiende que si hay empleo hay consumo; comprende que la economía debe crecer para mejorar el nivel de vida de la gente; el pueblo seguro e indignado sabe que el tsunami Correa fue lo peor que le pasó al país con su política fiscal expansiva y el sobreendeudamiento; el pueblo conoce el viejo cuento de la izquierda: Que los ricos tienen que pagar más impuestos para subsidiar a los pobres y hacer una sociedad más justa; también está consciente del viejo cuento de la derecha: Que hay que dejar libre al mercado para que se pueda dinamizar la economía; estamos seguros que si se pide al sector privado que genere producción, este pedirá  reducción de impuestos y flexibilidad laboral, así también sabemos que los consabidos movimientos sociales y sindicales siempre estarán en contra de las políticas económicas adoptadas por todos los gobiernos de turno. ¿Y entonces como hacerlo? ¿Como redefinir por completo una estrategia de desarrollo económico, como hacer una economía más incluyente?

Estimados lectores, nuestra economía ha sido muy sensible ante la corrupción y vulnerable frente a las conmociones sociales y económicas externas; no obstante, el desarrollo de la misma depende de que el país mejore la productividad de todos: estudiantes, profesionales, empresas y gobierno, solo así podremos ser competitivos en el escenario internacional y mejorar nuestra calidad de vida.

Los ecuatorianos sensatos convinimos en que el desarrollo integral del país se alcanzará cuando exista una responsabilidad social en todos los sectores; cuando entendamos que la productividad ocurre dentro de un proceso espontáneo y natural desde las fuerzas del mercado, asignando recursos en actividades rentables, educando eficientemente al pueblo y abriendo al país al mundo (como bien lo dijo algún candidato presidencial).

Es imperativo que nuestra economía se habrá al libre comercio sin trabas, más allá de la ortodoxia (El Mercado como mecanismo de desarrollo, es el principal postulado de los ortodoxos), se requiere un programa integral e inclusivo con justicia tributaria, racionalización del gasto y revisión de los subsidios. (O)

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