Los provincianos ricos de 1920 / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión


Donde está la plata, está el poder. Nadie lo discute. Es una utopía creer que las oligarquías son mayoritariamente cultas como para decir: donde está la plata está la educación, el cultivo del arte, la edificación del espíritu superior. En el mejor de los casos, las élites se han preparado para ejercer el control social y detentar la ubicación en la cumbre de la pirámide.

Estas reflexiones me vienen después de ver una lista de publicaciones sobre comerciantes y capital con el que giran. Esto en el Ecuador de 1920. Mi interés por este tema está ligado a mirar las diferencias de poder económico de los empresarios, según algunas provincias que las he tomado para este muestreo. El dato no es periodístico, sino del Ministerio de Hacienda, publicado por la Imprenta Nacional en dicho año, 1920. Son los ricos de hace cien años.

Tulcán, por el comercio con Colombia  tiene registrados a los siguientes capitalistas: Con 15.000 sucres, Federico Guamán; Tres con 8.000 sucres: Manuel Oña, Luis Cisneros y Adolfo Coral. Le sigue Manuel Ortiz con 7.000 sucres de capital. Comparando con los capitales que tienen los ibarreños tenemos que el más rico maneja 20.000 sucres: Javier Mucarcel. Igualmente he puesto a tres que manejan cada uno, 12.000 sucres: Iván Endara, José Miguel Terán, y los Hermanos Zaldumbide. Luego viene un Jacinto Pankieri que declara tener 10.000 sucres en giro. En un primer balance digamos que la plata no estaba en la frontera.

Miraba con curiosidad lo que pasaba con Otavalo, y resulta que quien aparece como más rico es don Fernando Pérez Quiñones, que declara 120.000 en giro. Luego viene Francisco Dalman con 80.000 seguidos por dos de a 20.000: José M. Larrea J. y Luis María Freile. Luego aparece Nicolás Paredes con 16.000 sucres. Los entendidos sociólogos y economistas sabrán sacar sus propias conclusiones.

Antes de mirar algo de los capitalistas de Quito y Guayaquil, veamos algo de los tungurahuenses. En Ambato se registra: Vela & Charpantier, compañía, con 120.000 sucres de capital. Le sigue Jijón y Caamaño  Jacinto con 100.000 sucres en  giro. Joachin & Pachano con 80.000. Luego vienen dos de 50.000: Naranjo Ángel María, y Alfonso Troya. Alfonso Álvarez declara 35.000 de capital, seguido por algunos de 25.000 que son Garcés Raza Elías & Hno. Samaniego & Cía. Hay muchos de veinte y de quince. La brecha cantonal es drástica. Elías Cisneros es el más rico de Pelileo con 3.000, seguido por Juana Chacón con 2.000.  En Píllaro Antonio Suasty declara 4.000 de capital; y hay tres que declaran 2.000: Manuel María Amores, Antonio y Eloy  Vargas.

El más rico de Guaranda es un Nicolás Dahik, con 10.000 de capital. Otro Nicolás de apellido Nollar declara 8.000, seguido por tres de 7.000: Mercedes B. González, Leopoldo J. Jaramillo y Luis del Pozo. En Riobamba la Fábrica de Tejidos El Prado declara 100.000 de capital. Le sigue la Empresa de Luz Eléctrica con 70.000. Después viene José María Falconí con 40.000, y dos de 20.000: Cura Jorge y Luis Ricardo Gallegos.

En Quito hay dos empresas millonarias, cada una con un millón: la Compañía de Crédito Agrícola e Industrial; y, The Quito Electric Ligth. Luego viene la Sociedad Funeraria Nacional con 300.000 de capital. Vuelve a aparecer Jacinto Jijón y Caamaño con otros 100.000 y los demás con decenas de miles. En Guayaquil está la plata de este país: el Banco Comercial y Agrícola manejaba 8 millones. La Asociación de Agricultores: dos millones. Siguen Banco del Ecuador con un millón y medio. Compañía Nacional de Seguros Contra Incendios: 1’375.000. Guzmán e Hijo Lizimaco con 1’300.000. Ecuador Brewerias cía. 1’245.000. Banco de Crédito Hipotecario con un millón. La lista de quienes tienen centenas de millones es abundante, y contrasta con las decenas escasas de las demás provincias. (O)

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