¡Los derechos humanos! / Mirian Delgado Palma

Columnistas, Opinión



Para abordar el tema de los Derechos Humanos -DD.HH-, considero imprescindible hacer alusión al “Libro de las Sagradas Escrituras” (Gn. 1,27): “Crió, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios lo crió; criólos varón y hembra” De manera que se puede colegir que todos los hombres descendemos de una misma semilla, de una misma estirpe. Si todos tenemos el mismo origen y los mismos propósitos como fue concebida la humanidad, estamos hablando del principio de igualdad divina y terrenal.

Por desgracia, este principio de igualdad durante la historia de la humanidad ha estado sujeto a constantes mutaciones impuestas por el propio hombre -los poderosos-, debido a que se mueve en un mundo conflictivo, en una sociedad confusa por desmedidas ambiciones materiales, en menoscabo del crecimiento espiritual que es lo que cuenta con relación a la vida terrenal fugaz, respecto al tiempo de Dios.

El ser humano está sujeto a los mismos deberes y derechos, pero lamentablemente si revisamos las páginas de la historia han sido permanentemente vulnerados y hasta hoy tenemos graves problemas como: violencia, corrupción, injusticia, crímenes, abusos de poder, etc.  En síntesis, estamos hablando de una sociedad “totalmente deshumanizada”.

Frente a estos constantes excesos, surgieron los movimientos sociales que han luchado por la creación de una conciencia de respeto a la dignidad de todas las personas y el fortalecimiento de los dd.hh. Todos los seres humanos tenemos los mismos derechos, por ser humanos; por tanto, son inalienables.

Los primeros movimientos lucharon por los derechos “civiles y políticos’’ para garantizar la libertad de pensamiento y opinión, para elegir gobernantes; tuvo su inicio con la Revolución Francesa.

En una segunda instancia los movientes proclamaron los derechos “sociales, económicos y culturales”: seguridad social, trabajo, salud, alimentación vivienda, educación y cultura, esto fue al término de la revolución mexicana.

Un tercer movimiento contempló los “derechos de los pueblos a la solidaridad”. Esto consistía en la paz y la cooperación internacional y regional; el patrimonio de la humanidad, el medio ambiente, la autodeterminación y la independencia económica y nacional. Aquello ocurrió al término de la Segunda Guerra Mundial con la creación de la ONU y la “Declaración Universal de los DD.HH.” (1948)

La búsqueda del reconocimiento de los dd.hh. ha sido producto de luchas constantes a favor de la igual en el trato justo entre los seres humanos, estas luchas no han terminado ya que la injusticia e inequidad siguen caracterizando a muchos países en el mundo.

La legislación de la Declaración de los dd.hh, está en constante evolución y cada vez se incorporan temas que protejan al ser humano. Sin embargo, el problema central es la “ausencia de valores”. La moral y educación debe ir desde la cuna hasta la definición de la personalidad del individuo. Necesitamos hombres íntegros, que sean el espejo de sus pupilos, que prediquen con el ejemplo y se conviertan en verdaderos senderos de luz, que iluminen hábitos y valores que enaltezcan la dignidad humana, que abonen una paz duradera y feliz para una convivencia armónica entre hermanos.

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