Lo que nos deja Guacho / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión



El fin de Guacho, o por lo menos del blanco y diferente cuerpo que se atribuye como suyo, nos trae algunas inquietudes sobre las que debemos reflexionar. Guacho desnudó la deficiente seguridad nacional al evidenciar no solo fácil capacidad de reacción y preparación para la lucha guerrillera sino también la penetración en nuestro territorio sin complicaciones de por medio.

Esto no es, sin embargo, un poblema únicamente ecuatoriano. El siglo XXI experimenta guerras e insurgencias que cada vez son más difíciles de combatir para ejércitos, incluso para los más dotados. Las propias tropas norteamericanas se encaminaron a un costoso chasco al enfrentar a los talibanes luego de que cayeron las Torres Gemelas. Fueron años y billones de dólares sin éxito los que se volcaron hacia terroristas escurridizos y con menos infraestructura. Y si hasta los ejércitos más dotados enfrentan esos retos, qué decir sobre el ecuatoriano.

Respecto de las últimas filtraciones de audios de reuniones del máximo órgano de seguridad del Estado (donde es evidente que uno de los asistentes grabó ilegalmente al propio presidente) el tema de Guacho y su asesinato a los tres periodistas de El Comercio también deja en entredicho la primtiva organización de la administración central. Nos falta mucho. ¿Imaginan ustedes que se filtre un audio de Trump o de Putin clasificado como confidencial o de máximo secreto? ¡Impensable! (O)

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