LEALTAD / Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

Siempre pensé que la fidelidad y la lealtad eran virtudes del Homo Saphiens, sin embargo, al pasar la línea de mi juventud encontré que los organismos fieles y leales son aquellos que demuestran lealtad cuando te acompañan en el diario vivir y nobles cuando luchan por los principios y valores inculcados por el amor. Desde entonces me gustan los animales, ellos jamás te olvidan, jamás te traicionan, ni te exigen nada, te acompañan en las buenas y malas; en salud y enfermedad, en la riqueza y pobreza, ellos nunca te abandonan, la humanidad los abandona. 

La palabra lealtad deriva del latín fides que indica un componente de la calidad del carácter, temperamento por lo que un organismo viviente elige consciente o instintivamente obedecer valores y apoyo incondicional incluso en situaciones difíciles, manteniendo las promesas iniciales.

En otras palabras, se puede entender por lealtad el grado de coherencia entre un discurso, oración, ideales, filosofía, ética, con el comportamiento en la práctica.

En todos sus significados, la lealtad tiene un componente que lo relaciona con la fidelidad, sinceridad, confianza que nos identifica ser fiel o leal a algo o alguien, una persona, un animalito, un principio, un ideal, una institución o una creencia. Se asocia también al respeto y al compromiso.

Ser leal no es una cualidad ética en sí misma, sino que esa valoración está relacionada con la pregunta a qué o a quién se le es leal. Muchos soldados han sido leales a los tiranos y llevaron esa lealtad hasta sus últimas consecuencias; entonces cayeron en el Despotismo, barbarie, absolutismo, opresión y dominación. Esto no es lealtad.

En las relaciones afectivas, ya sean amorosas, cariño o de amistad, con frecuencia la lealtad es un principio al que las personas hacen referencia como algo fundamental, esencial y primordial, y la traición a esa lealtad puede acarrear la ruptura de la relación.

Pero ¿qué pasa si, por ejemplo, ser leal y fiel a esa persona, novio, amigo, familia, implica guardar un secreto autodestructivo o que pone en peligro la salud o la vida de ti o de aquella persona a la que pretendemos ser leales?; entonces rompemos la relación, ¿eso significa ser desleal a esa persona?; ¿será que ser leal significa sostener la palabra de estar siempre al lado de alguien incluso cuando ya no se desea? .Éstos son el tipo de puntos polémicos de la lealtad y fidelidad.

Entonces parece que a lo que haya que guardarle lealtad sea a los principios básicos que gobiernan nuestras relaciones, como el respeto, el cuidado, el amor, cariño, querer y la valoración del otro.

Si una relación está por terminarse, ser leales contempla la honestidad de hablar con esa persona sobre aquello que estamos sintiendo y pensando en torno a la relación, e incluso cuando ésta haya finalizado, ser leales al respeto y a la privacidad de la otra persona, a sus espacios. No confundamos la lealtad con perpetuidad, ni el fin de una relación con un acto desleal, infidelidad o traición.

Estimado lector el homo saphiens, debería aprender de los animalitos, aquellos a pesar de que nuestras promesas de hasta siempre, se convierten en un adiós, siempre nos reciben con un maullido o mueven la cola en gratitud al Homo ingratus. Por eso no hay que hacer promesas ni creer ciegamente en las promesas, simplemente recuerda que talvez en 5 o 10 años las promesas pueden confundirse con deslealtad, infidelidad, traición, ingratitud o felonía.

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