La vida es la realización de los sueños de juventud / P. Hugo Cisneros

Editorial, Opinión

 

 

En en la bendición de las flores; los frutos y el; pan nos ofrecieron para nuestra reflexión esta frase: Jóvenes a Uds. les llamo amigos. Patiendo de una fgrase del Papa Juan XXIII: La vida es la realización de los sueños de juventud. Transcribo mis pensamientos al respecto.
Hoy que hemos comenzado a vivir los aires de la fiesta de Arnbato hoy que nos hemos constituido a ser testigos imponentes ante una juventud qµe cada fin de semana riega su vida, desperdicia su tiempo, mal usa sus potencialidades es bueno volver a meditar sobre el contenido profundo de esa frase-slogan que Juan Pablo II pronunció hace un año, ante una juventud sinceramente delirante y dispuesta a acoger el mensaje y a traducirlo en vida: la vida es la realización de un sueño de juventud. La juventud de todo tiempo se hizo para soñar, para tener buenos sueños, para poner los cimientos de un mañana prometedor y más bueno.
Hoy, la juventud tiene que provocar sueños de libertad para mañana, gracias al esfuerzo constante y diario, se traduzca en la ruptura definitiva de los lazos que atan a la vida, que encarcelan el amor, que apagan las ilusiones. Son sueños que hoy siendo jóvenes, mañana serán fuerza y motivo para ser uno mismo allí donde le toca al joven vivir y servir”. Sueño de hoy para dar al mundo una Patria libre, sin dependencias, sin marginaciones. Sueños que ponen los cimientos para la creación de una libertad basada en la justicia, en el respeto a la dignidad y a los derechos de las personas humanas. Es un sueño que mañana se llarnará hermandad como fruto maduro de la libertad, don precioso que Dios entregó al hombre y que el hombre hizo su patrimonio.


Es bueno que el joven, hoy, sueñe en el amor originario que se ha convertido en nostalgia. Soñar en el amor es soñar en el beso puro, en la entrega intima matizada de felicidad y ternura, es soñar en el respeto. Soñar en el amor es decidirse a una lucha abierta contra aquello que lo mancha o lo destruye. Es luchar contra toda clase de violencia, es luchar contra todo aquello que tiene sabor a egoísmo para mañana ser garantía de entrega desinteresada, de donación sin límites.


Hay un sueño de juventud sus ansias de realización personal y comunitaria que mañana será realización de responsable cumplimiento de las obligaciones que nos toque vivir y realizar. El joven que sueña en su realización busca el puesto que le corresponde, busca que los otros atiendan al valor de sus palabras y hagan caso a sus locas ilusiones.


Hoy es un sueño de juventud: humanizar el mundo que nos rodea para mañana sentir la satisfacción plena de sentir al que fue extraño, hermano, para poder romper los límites que nos dividen y coger sin recelo la mano del vecino sin atender a su origen, a su raza, a su ideología, a su religión.


Hay un sueño que no deja dormir al joven de hoy y que se ha convertido en una peligrosa pesadilla: el sueño de la paz. No entiende eljoven la existencia de la violencia institucionalizada, le duele ver en su casa la falta de paz familiar. El joven sueña en esa “paz sin fronteras”. Sueña en esa paz que abrace al Este y Oeste, al Norte y Sur; sueña en la paz interna de su corazón, en la paz que anhela en su familia, en el grupo de sus amigos, en el continente y en el mundo. Sabe que es posible que este sueño se haga realidad porque sabe y está seguro que sólo depende del hombre que quiera abrirse al día a través del diálogo y de la solidaridad entre los pueblos.


El joven también tiene sueños malos y sabe que tiene que desecharlos porque está convencido que si hoy tiene sueños malos mañana la vida será una dura y fea realidad.
Ayudemos a los jóvenes a que tengan buenos sueños porque así aseguraremos que su vida será la realización de lo que hoy sueña con ilusión. (O)

 

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