La salud es primero / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión

El desorden fue la característica principal en la celebración del 6 de diciembre. Las autoridades y los expertos epidemiólogos advierten que este escenario es ideal para una nueva ola de contagio de Covid-19. 

Al margen de la celebración anárquica en las calles, el evento más formal de los festejos, la Sesión Solemne, en la que participó el presidente Guillermo Lasso, sirvió para conocer una de las prioridades del gobierno del encuentro. El estado reconocerá el 50% de la deuda total del Metro de Quito. Esto significaría el egreso de 150 millones de dólares adicionales, para apoyar una obra en la que anteriormente el Estado invirtió 750 millones.

Con este espaldarazo, el alcalde de la ciudad, no dudó en prometer que la operación del metro por fin sería una realidad hacia finales del 2022. Esta noticia no deja de ser importante para los quiteños. Más todavía, cuando el oneroso proyecto lleva casi tres años de retraso. 

Mientras tanto, el desabastecimiento de medicinas a escala nacional es insoportable y la provisión es casi inexistente, paradójica e inexplicable, dado que apenas el 12 de agosto de este año se decretó un estado emergencia institucional en el Ministerio de Salud por 60 días, como mecanismo legal para abastecer a los hospitales con los medicamentos y dispositivos médicos esenciales frentes a las necesidades básicas y urgentes de la población. Según se ha vuelto costumbre con los decretos de emergencia, también en este caso, resultó fallido.   

Al término de la emergencia focalizada y pasado un par de meses más, la salud pública sigue como antes o mucho peor. La carestía de medicamentos vuelve precaria la condición de incontables enfermos y sus familias, que no encuentran consuelo en las puertas de los sanatorios al recibir recetas que no pueden pagar. 

La reacción del Gobierno se centra ahora en un proceso masivo de adquisición de medicamentos por régimen especial. La nueva promesa es conseguir medicinas para los hospitales públicos y para el seguro social. La compara sería de 200 tipos de medicamentos de forma inmediata hasta alcanzar el 100% de provisión. El monto destinado llega apenas a los 50 millones de dólares. 

Las ciudades merecen todo tipo de obras que faciliten la movilización, pero la salud de todo un país será siempre una prioridad indiscutible. Esto parecería estar claro para todos, no para el gobierno. (O)

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