La República al revés / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

En su gran República, alabada por unos, censurada por otros, Platón despliega un esquema razonado de gobierno, en coherencia con la comprensión de su psicología original.

En lo individual, según Platón, el hombre está construido, principalmente, de cabeza o función racional; tórax o función espiritual (corazón y pulmones), y estómago o función de las apetencias. Los individuos son clasificables de acuerdo con las funciones que dominan su temperamento.

En razón de que la cabeza es la mejor parte del hombre, Platón establece que la cabeza debe gobernar el Estado. Por consiguiente, un filósofo, hombre erudito debe ser rey, asistido por hombres de similar sapiencia. Debe un gobernante ser hombre sabio o ignorante? Obviamente, un hombre de conocimientos. La seguridad del Estado y de su pueblo lo requiere. ¿Quién podría negar esa verdad?

La República Platónica, es un estrato que conduciría una vida muy ascética. No poseer bienes, tener relaciones sexuales con el único propósito de procrear hijos perfectos.

Hombres y mujeres pueden ser guardianes y auxiliares. (Los guardianes corresponden a la burocracia civil de hoy, los auxiliares a los soldados). Los hijos perfectos deben ser criados, desarrollados, por maestros especiales; apartados de la influencia corrupta de padres de Platón. Altos ideales, sobre gobernantes, legisladores, jueces. Los ideales platónicos se mencionan, esporádicamente, en aulas académicas. En campañas electorales, la arenga rimbombante puede incluir un ‘chiripazo’ platónico; si por casualidad afortunada, el arengador ha leído a Platón. Lamentablemente en la mayoría de países del mundo actual no gobierna la función racional, la cabeza, en conjunto con la función espiritual; gobierna la función del apetito voraz.

Mientras la función del apetito domine a los gobernantes; el gran poder estará -está- obviamente, en manos de los codiciosos más glotones…

Estamos enfrentados al trastrocamiento del diseño platónico. ¿Qué funciones dominan el temperamento del hombre político de hoy? El análisis final y el pragmatismo real desembocan en conclusiones inequívocas: muchos países viven la República de Platón… patas arriba. (O)

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