La medicina y las culturas / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión


No es ningún secreto lo que verdaderamente la distingue a la Medicina Oriental. Es su capacidad para descifrar las disfunciones que el cuerpo, mente y emociones, emite constantemente a través del manejo energético (electromagnético). Se ejerce una clínica integrada bio-neuro-emocional y psico-neuro-inmuno-endocrinológica, es decir todos los sistemas integrados y funcionando dependientes los unos de los otros, lo biológico, lo nervioso, lo hormonas y las defensas, interrelacionando con los factores externos (clima, medio ambiente, alimentación, entre otros), los genéticos y epigenéticos. Desarrollada una gran capacidad para “leer” las correlaciones que existen entre órganos, tejidos y emociones. Sabe, por decir ejemplo, que el pulmón y el intestino grueso tienen una relación funcional y que se vincula con la sequedad, la tristeza, la piel, el otoño, el olfato y el sabor picante. O que el riñón y la vejiga tienen relación funcional con los huesos, el frío, el miedo, el invierno, la audición y lo salado. El hígado y la función biliar guardan estrecha relación con la primavera, el viento, la visión, la ira, los músculos y lo ácido. Esto ya es maravilloso porque permite “entender” más que a la enfermedad únicamente, al individuo en su totalidad. Qué puede decirse de la generosa, inofensiva y a veces hasta increíble capacidad terapéutica de la acupuntura china con sus más de mil puntos ubicados en la piel y sobre los cuales puede influirse con agujas, presión, calor, electricidad, infrarrojo, laser o ultrasonido. ¡La “verdad” de la acupuntura seguirá siendo sus puntos y su eficacia! Y ellos están ahí, con sensibilidad variable, esperando el estímulo profesional experimentado y adecuado para volverse elocuentemente poderosos equilibradores y restauradores de nuestras funciones biológicas y energéticas.

El desarrollo de la acupuntura moderna es una bendición para quienes ejercemos esta medicina por convicción y necesaria certeza. Cada punto tiene determinada carga eléctrica que puede obtenerse con equipos apropiados. Lo interesante es que la carga varía lo suficiente como para poder diagnosticar en los dos aspectos determinantes de la medicina energética: la cantidad de energía y su distribución (equilibrio o desequilibrio). Los puntos poseen una resistencia eléctrica más baja que en los sitios de la piel donde no hay puntos, razón por la cual se dice de ellos que son “electro-permeables”. Se miden de acuerdo a los parámetros del sistema japonés Ryodoraku. Existen investigaciones en diagnóstico biofotónico en puntos de acupuntura que han revelado modelos comunes patológicos que pueden ser detectados como secuencias de puntos de acupuntura en diferentes canales cuya emisión biofotónica se afecta por los factores que provocan las distintas enfermedades.

Cada cultura “fabrica” una medicina más que coherente, conveniente consigo misma. Occidente, cultura mercantilista, por tanto, lo fundamental es la compra-venta. La cultura oriental, más humanista, busca la sanación definitiva ya que no les conviene enfermos hasta por sus características demográficas Las personas, a veces desesperadas, buscan alivio o curación en cada lugar del planeta, en cada mirada médica, que sea lo más beneficioso e inofensivo posible y no entienden los intereses de terceros invisibles. (O)

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