La Independencia y Huachi / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

El domingo, 12 de noviembre de 1820, los patriotas ambateños, con pistolas y escopetas,  tomaron el cuartel español y sometieron al capitán Fominaya, dejándole a su subalterno, Cipriano Delgado, quien había cambiado repentinamente de bando, como jefe militar de Ambato. La División Protectora, comandada por el capitán Urdaneta, animó, desde Guaranda, a los valientes ambateños, por lo que la gesta independentista fue realizada, exclusivamente, con fuerzas locales.

Lamentablemente, la alegría duró poco. Diez días después, el 22 de noviembre de 1820, el ejército patriota de Urdaneta fue derrotado en los campos de Huachi por el ejército dirigido por el capitán español González, que, aproximándose desde Izamba, atacó por sorpresa. Quinientos soldados de la División Protectora quedaron heridos y muertos.

Las fuerzas realistas tomaron nuevamente el control de Ambato y desplegaron acciones de venganza, con el capitán Fominaya a la cabeza. Pedro Fermín Cevallos dice: “El estado de guerra unido a la mala voluntad con que los españoles miraban a los pueblos, hicieron que los victoriosos dejaran casi talada la villa de Ambato. No hubo casa que quedara con puertas, porque todas fueron derribadas o incendiadas para registrar y robarse cuanto hallaran y casi todos los vecinos tuvieron que llorar por algo, según sus proporciones en el mismo día del combate”.

En ciudades como la de Riobamba la situación fue aún más dolorosa. El comandante español Payol ordenó la requisa total de caballos, disponiendo que lanceasen a los jinetes para que los caballos no tuvieran dueños. El ilustre historiador Cevallos manifiesta que “a este pretexto (de la requisa) se cometieron asesinatos, robos, estupros, forzaban a las mujeres casadas a presencia de sus maridos, que eran lanceados después de presenciar su deshonra”. Tan sanguinario fue ese comandante que reclutó a viejos, niños, casados e imposibilitados, quienes fueron amarrados y conducidos al cuartel. Y no sólo eso. Dispuso que fueran enterrados, dejándoles la cabeza afuera, aquellos que suplicaron la devolución de sus caballos requisados.

El 12 de septiembre de 1821, diez meses después de la gesta independentista, el ejército de Sucre llegó hasta la Hacienda Huachi. Sin embargo, fue derrotado por los españoles y los habitantes de Ambato fueron sometidos nuevamente a la venganza realista. Sucre huyó a Guayaquil y organizó nuevamente el avance a la sierra. Recién el 2 de mayo de 1822 pudo ingresar a la villa de Ambato, completamente liberada e independiente.

En la independencia de Ambato, largo proceso de resistencia, está la impronta auténtico del espíritu ambateño. (O)

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