Juego político / Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión


América latina es un bloque en búsqueda de crecimiento y reducción de la pobreza. Durante varias décadas, con este fin, se ha probado recetas provenientes de visiones de derecha, izquierda, centro, centro derecha, centro izquierda… La mayoría de gobiernos se marchan sin resolver nada o agravando más los problemas sociales y encargando el poder a sus adversarios hasta las siguientes elecciones. Este es el péndulo que se mueve de un lado a otro dentro del juego político.

La definición ideológica de muchos participantes actuales es confusa: algunos son conservadores por la mañana y en la tarde se ponen la camiseta liberal; hay quienes están en contra del capitalismo, pero no pierden la oportunidad de lucir marcas adquiridas en el imperio al que tanto odian y no faltan los defensores de los pobres que nunca han experimentado la sensación del hambre o que dejaron de hacerlo cobijados con la bandera de los que seguirán siendo pobres toda la vida. 

El populismo demagógico, que también resultó corrupto, recorrió una porción significativa de países latinoamericanos, jugando en contra de sus propios pueblos. El juego político siempre estará perdido cuando cada participante defiende sus intereses o es presionado por otros para imponer beneficios sectarios. En estas condiciones los resultados se vuelven tristemente predecible. 

Moreno y su equipo, en el juego de la política, “no dan pie con bola”. El decreto 883 no fue una buena idea. La gestión de la crisis tras su promulgación produjo más complicaciones. Finalmente, después de 12 días de terror, destrucción y lamentables pérdidas humanas, no hubo otra alternativa que bajar los precios de los combustibles. Fue la primera derrota, pero no la única. La reunión dominical del último fin de semana archivó el proyecto urgente de ley para mejorar la economía ecuatoriana. La Asamblea logró debatir la propuesta al límite del tiempo, faltando escasas horas para que se apruebe sin la participación del poder legislativo. 

Después de dos derrotas seguidas en un mes, ayer inició un nuevo partido con el envío de otro proyecto urgente a la Asamblea. El gobierno no gana, pero la verdad es que el país pierde. Quisiéramos celebrar la alegría de una mayor estabilidad social, económica y política, pero los jugadores no quieren o no saben cómo. (O)

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