Jairo y Dalia unieron sus vidas y sus costumbres

Interculturalidad

 

El ritual del tinkirina estuvo dirigido por Raymi Chiliquinga. (Foto El Heraldo)

Toda la comunidad vivió la fiesta. Era la primera que se hacía bajo los ritos de los ancestros tanto amazónicos como de la serranía. Jairo Tanguila de 25 años y Dalia Lucía Sisa de 27 años decidieron unir sus vidas pero bajo el ritual del Tinkirina que es la ceremonia andina. Aunque también lo hicieron bajo el sacramento católico.

En Misquillí perteneciente a Santa Rosa, la mayoría de la población de unieron para apoyar en la boda. Los jóvenes que se conocieron hace tres años son indígenas, pero Dalia es kichwa de la sierra, mientras que Jairo amazónico. El noviazgo empezó hace tres años, mientras eran parte Grupo Juvenil Intercultural Servidores de la Iglesia Católica (Sechie). Hace año y medio fue el pedido de mano y en seis meses empezaron a investigar con los abuelos sobre las ceremonias antepasadas para unir sus vidas.

Para Dalia mantener viva la historia cultural de su pueblo es lo más importante. “Siempre hablamos con Jairo de que nuestra unión debe ser entregada a la pachamama y así ser un ejemplo para las generaciones”, dijo.

A las 15:30 del sábado 24 de febrero se realizó la boda. Dalia, lucía sus collares elaborados con corales, la blusa diseñada por ella al igual que su faja y tejida por las artesanas de la comunidad, el anaco negro y las alpargatas. Mientras Jairo llevó puesto el Qushma (tipo camisa y pantalón hasta la rodilla) que es el traje típico de los amazónicos. En su cabeza llevaba una corona de plumas y estaba decorado con cintas elaboradas con semillas de la selva.

Los dos salieron juntos de la vivienda de los papás de Dalia. Cumpliendo la tradición heredada de los conquistadores españoles, se arrodillaron para recibir la bendición de los progenitores, pero lo hicieron dentro de la Chakana (cruz andina).

La iglesia, ubicada a tres cuadras de la vivienda, estaba repleta. No hubo la tradicional marcha nupcial, pero fueron recibidos con música entonada con instrumentos andinos (tambores, guitarras y flautas).

Lo católico fue dirigido por el padre Ángel Aucapiña quien resaltó la unión de los jóvenes rescatando sus culturas andinas. La ceremonia que tardó más de una hora tuvo esa fusión de culturas. Dentro fueron unidos con una manta y un lazo blanco y también se entregaron de ofrendas los productos de la Sierra como de la Amazonía.

Se casaron primero en la iglesia Católica. (Foto El Heraldo)

Terminado el ritual católico, los jóvenes acudieron a cumplir de acuerdo a la herencia heredada de sus ancestros. La banda con instrumentos autóctonos les abrió paso entre la comunidad que fue a felicitarlos hasta llegar al centro de la vivienda donde se realizó la recepción.

Raymi Rafael Chiliquinga, sacerdote inca, se encargó de la ceremonia. Los productos que da la tierra fueron utilizados para realizar el altar de los esposos. “El tinkirina es el ritual de las dos culturas, de la unión del hombre con la mujer. En el mundo indígena significa ofrendas este matrimonio a la pachamama y se lo hace con las frutas tierras que es depositado dentro de la tierra, con la faja que se los une y las llaytu o coronas de flores”, menciona el sacerdote.

Con el baño de los pétalos de rosas y la siembra de dos plantas, Raymi Chiliquinga declaró esposos a la pareja, bajo las leyes indígenas. (I)

 

 

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