Insistir en la educación ambiental / Lic. Mario Mora Nieto

Columnistas, Opinión

El problema de la contaminación ambiental es tan antiguo como el hombre mismo; sin embargo, se ha destacado como muy importante en la década de los años sesenta, debido principalmente al notable incremento de las actividades propias de los países industrializados.

Es en el mundo altamente desarrollado en donde se manifiestan los primeros signos de alarma: las corrientes de los ríos, los lagos y las zonas costeras expresan en forma dramática los resultados del descuido en los procesos industriales y de la proliferación de desechos en las grandes urbes; el aire de las ciudades gradualmente se compone de una mezcla tóxica de diferentes gases –subproducto de la vida citadina- emisiones de los vehículos de motor y combustión de las plantas forestales (incendio forestales); taza indiscriminada y apertura de nuevas áreas de cultivo; uso indiscriminado y excesivo de productos químicos para la fertilización de las tierras y control de plagas; destrucción de sistemas ecológicos y caza de ciertas especies animales en vías de extinción; uso exagerado de materiales de desecho que se ha convertido en un problema agudo, no sólo por su cantidad, sino por su calidad, ya que no se degradan fácilmente: plásticos, vidrios, metales, caucho.

            En definitiva, cada vez hay una mayor reducción de la calidad del ambiente por la adición de desechos, cambios de temperatura, el smog fotoquímico, lluvia ácida, etc.

La contaminación del aire nos coloca en una posición cada vez más incómoda. Los seres humanos respiramos cerca de 20.000 veces al día. Cada inspiración inhalamos una amplia variedad de gases tóxicos y partículas emitidas por los automóviles, plantas generadoras, industrias, basura, que son altamente nocivos para la salud.

Los desechos sólidos son principalmente papel: 50%; alimentos: 12%; residuos vegetales: 10%; piel, trapos, plásticos, caucho, ceniza y otros: 10%; metal: 9%; vidrio: 9%.

Cada uno de nosotros producimos, en promedio, 3.6 kilogramos (cerca de 10 libras) de basura y otros desechos sólidos, por día, cantidad que aumenta con rapidez, a lo cual se agrega el problema de la recolección; tomando en cuenta que la recolección de estos desechos se vuelven cada vez más difícil, toda vez que los sitios para depositar la basura se están agotando en forma muy rápida.

Sería importante poner más énfasis en el reciclaje, toda vez que existe la tecnología necesaria y adecuada para este proceso; pero, sobre todo, hay que insistir en la educación ambiental, tanto en escuelas, colegios, como en la comunidad, tomando en cuenta que nuestra capacidad de reflexión acerca de nuestra entidad biológica y acerca del significado de la vida nos proporciona el talento necesario para cualquier esperanza de garantizar nuestra supervivencia y de la ecósfera. (O)

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