Ignorancia, estupidez, poder y maldad / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión


MEDICINA INTEGRATIVA ORIENTAL

Ignorantes, somos todos, porque nadie sabe todas las cosas. Pero no saber lo que debiera saberse o saber mal lo que se sabe o peor aún, saber lo que no debiera hacerse y por ignorancia atreverse a hacer, reviste mucho peligro. Ignorancia peligrosa es aquella que ignora su propia ignorancia. Es esa ignorancia ilusa conocida como la madre del miedo, del pánico, de la imprudencia y es el terreno fértil donde se asienta la charlatanería, la exageración, el chisme y el arrepentimiento tardío de haber hecho algo que lo lamentaremos ya cuando nada lo puede remediar.

El poder y el dominio del uso de éste, es frágil y tan quebrantable que llega a ser también muy peligroso. La estupidez sin poder es, por lo general, inofensiva, pero si a la estupidez le sumamos poder e ignorancia charlatana, nos exponemos a la peor amenaza cargada de brutalidad en este planeta.

No es posible que sólo por tener poder accidental y pasajero por compadrazgo o comprando una “dignidad o autoridad” mucha gente esté “haciendo zapatos sin ser zapatero” tomando decisiones desesperadas, más políticas que técnicas, con alto nivel de ignorancia científico –médica, pretendiendo hacer cosas que ningún país lo haría ya que solo traería más tragedia de la que estamos viviendo.

Sumemos a todo esto esa tendencia morbosa y generalizada de alarmar, de infundir miedo al prójimo basado en múltiples intereses y hasta sin éstos de las noticias falsas, fundamentados en que los humanos nos comportamos, en ocasiones, con crueldad y hasta con perversidad, y que, en cada ser humano, así como existe un lado predispuesto a la bondad, también cohabita un lado oscuro de la maldad. El psiquiatra Michael Stone, elaboró la Escala de la Maldad atendiendo a muchos tipos de factores: ambientales, neurológicos y genéticos. La escala en cuestión es una jerarquía que asciende progresivamente desde el nivel 1 hasta el 22, siendo mínima o nula maldad (nivel 1) a máxima (nivel 22) de los asesinos en serie.

Y al fin, el poder, la estupidez, la ignorancia y la maldad se juntaron con sus hermanos cercanos, la avaricia, el odio, la delincuencia y, por más de una década a la nuestra convivencia la convirtieron en un juego de pillos que, con astuto engaño, estupidizaron a la gente con el conformismo haciendo rodar cuesta abajo sin frenos a nuestro país y a los países donde lograron enquistarse. Lo peorcito de nuestra sociedad con su falso discurso de condescendencia, llenaron de resentimiento social, prejuicios y odio hacia los que no son parte de su mafia o que no piensan como ellos.

Hagamos un alto a las noticias falsas, evitemos infundir miedo, para compartir grabaciones, videos o fotos, investiguémoslo bien. Nada bueno logramos si nos mienten de todos lados. Si nos contagiamos de estas dolencias del alma humana y permitimos la suma de todos estos factores, esta pandemia viral que la estamos viviendo ahora, podría extenderse de una manera tan exponencial que hablaríamos de dimensiones tan indescriptibles, catastróficas y apocalípticas, que asemejaría a un incendio forestal incontrolable.

Por fortuna, no todo está perdido porque, ante una tragedia, la naturaleza misma depura y clasifica entre los más nobles que somos la mayoría y los representantes de la inmundicia humana. (O)

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