Holocausto Viral / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



Cuando hace tan solo pocas semanas veíamos imágenes en las redes sociales de Wuhan (epicentro de la pandemia COVID-19) con cadáveres abandonados en sus desoladas calles o de gente que se desplomaba al piso, en lo personal me resistía a creer que todo eso era consecuencia del virus, como lo anunciaban los videos. Debe ser una exageración, me consolaba ingenuamente, las redes son la esencia de la prensa amarillista, por lo tanto no es difícil que sea una más de las tantas “fake news” que circulan; porque de ser cierto, razoné con ironía, la humanidad entera estaría siendo testigo del mismo holocausto.

A la par, cuando se anunció oficialmente que el gobierno chino iba a construir hospitales con miles de camas en solo una semana, dije, esto es mucho más serio de lo que pensé, pero aun así, les compadecí a los chinos y seguí incrédulo a que lo mismo nos ocurriera al otro lado del mundo. Semanas después, sale a la luz el video de un italiano en su dormitorio llorando desconsolado porque su hermana yacía muerta en su cama víctima del COVID-19 denunciando que no había tenido atención médica y que llevaba días sin que nadie pudiera llevársela. A renglón seguido las noticias de una Italia devastada con todos los hospitales colapsados, elevadísimos niveles de contagio y una alarmante tasa de mortalidad, pensé: ¡Dios mío, qué está pasando!

Cuando finalmente el virus aterrizó en el Ecuador, a finales de febrero, bastaron sólo quince días para que nuestra querida Guayaquil se convierta en el epicentro de la desgracia viral de América del Sur. Lo que hace pocos días atrás pensé que era una exageración, que eran noticias falsas, o que de ser cierto, sería el holocausto, lo estamos viviendo ahora mismo.

Aquí caben varias conclusiones. En primer lugar, frente a un escenario dantesco que sabemos muy probablemente lo vamos a vivir, nuestro inconsciente lo rechaza y procura convencernos que no es cierto o que no llegará a ocurrirnos, lo cual es un peligroso error si queremos estar bien prevenidos. Lo segundo, creo que con errores (que los ha habido) del gobierno central, en general su desempeño frente a la crisis sanitaria ha sido positiva, no así la responsabilidad y disciplina de algunos guayaquileños que hicieron caso omiso a las disposiciones gubernamentales del toque de queda y #quédateencasa.

Tercero, es injusta la insolente actitud de un periodista de CNN que viralizó al mundo una imagen de desgobierno y horror en Guayaquil cuando iguales o peores circunstancias las viven y han vivido países mucho más desarrollados y “preparados” que el nuestro.

mariofernandobarona@gmail.com

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