Gestionar la liquidez es el reto / Edison Narváez Z.

Columnistas, Opinión

La crisis generada tanto por la pandemia como por el  manejo mediocre de la economía, se la puede mirar desde varias ópticas, pero sin duda la manera más directa es enfocarse en la  liquidez, es decir en los recursos monetarios que dispone la economía para que pueda funcionar.

Recordemos que en un sistema de moneda propia (el sucre hasta el año 2000), los recursos monetarios provenían de dos fuentes:

Número uno, el Banco Central compraba dólares al sector privado y al gobierno para emitir sucres (emisión monetaria); así mismo,  a través de operaciones crediticias internas con el sector privado o público, se les entregaba recursos monetarios como contraparte se recibía  respaldos físicos (bienes en dación, bonos, letras etc…)

Número dos, Una parte de los recursos monetarios ya eran en dólares porque entraban a la economía (depósitos bancarios o billetes en el mercado) producto de las transacciones que  se hacían en esa moneda.

Ciertamente la dolarización resuelve este problema y hace que la economía pueda disponer de circulante (dólares) a través de la balanza de pagos, es decir mediante inversiones del exterior, remesas, deuda y principalmente exportaciones; es decir nuestra economía funciona en base a los dólares físicos que se encuentran en circulación, y los que están depositados en las instituciones financieras que normalmente se transforman en crédito a micro, pequeñas y grandes empresas.

Dicho de otra manera, la liquidez del estado es un flujo monetario, por tanto requiere de una gestión eficiente; en tal virtud no se puede hablar de que existe o no liquidez, sino de una buena o mala gestión de la liquidez.

Evidentemente, las fuentes de liquidez se han deteriorado debido al fuerte impacto que han sufrido las cadenas productivas, y ciertamente la recuperación será lenta. Según el Banco Central del Ecuador, el impacto macroeconómico de la crisis a mayo de 2020 deja pérdidas de USD 6.262 millones, de los cuales el 18% corresponde al sector público y el 84% al sector privado. A esto se suma la  escalofriante cifra del desempleo  (13.3%), vale decir 1.085.650 personas pertenecientes a la Población Económicamente Activa, está en el desempleo. El subempleo se encuentra en el (34,5%).

Dentro de este contexto, las exportaciones principales generadoras de circulante han caído notoriamente,  particularmente las petroleras; según el Banco Central en el primer semestre caen en un 13,6% (1.500 millones de usd). Lo cual ciertamente es penoso decirlo. No obstante de lo anotado es menester comentar que no todo es negativo, pues el nuevo acuerdo comercial suscrito en agosto entre Ecuador y Chile abriga esperanzas para que la posición comercial del país se fortalezca ya que se manifiesta que  alrededor de 160 productos ecuatorianos recibirán beneficios arancelarios lo cual es un acicate para que el sector empresarial pueda volver a generar empleo, realizar exportaciones a ese país (Chile) y tratar de motivar el circulante hacia nuestro país. Gestionar eficientemente liquidez es el reto, y mucho me temo que vamos a necesitar de más financiamiento como una fuente de ingreso para generar liquidez. (O)

Deja una respuesta