Flor de Amancay, símbolo del amor incondicional

Interculturalidad
«Después, la planta prácticamente desaparece y vuelve a esa parte subterránea para pasar el invierno», remarca. (Foto as.com)

Buenos Aires, (EFE).- Cuenta la leyenda que la joven Amancay logró salvar de la muerte a su enamorado tras hallar una hermosa flor. A cambio, la muchacha debía entregar su propia vida a un despiadado cóndor, que fue diseminando las gotas de su sangre por los campos: de ellas nacieron miles de flores, las mismas que hoy embellecen parte de la Patagonia argentina.

«En primavera comienza a emerger, a emitir brotes y finalmente da una floración impresionante de color amarillo que prácticamente tapiza el sotobosque de estos lugares», explica a Efe Adolfo Moretti, ingeniero forestal del Parque Nacional Nahuel Huapi y especialista en bosques nativos patagónicos.

Aunque esta especie se puede encontrar en otras zonas del país, es en los alrededores de San Carlos de Bariloche, uno de los entornos naturales más bellos y turísticos de Argentina, lleno de lagos, valles y montañas en la provincia de Río Negro, donde esta planta herbácea se deja ver con mayor esplendor al florecer durante las primeras semanas de verano austral.

El mejor lugar para admirarlas es el valle del Challhuaco -a unos 15 kilómetros de Bariloche y dentro del Parque Nahuel Huapi-: «Es como el paraíso del amancay, es un bosque monotípico de lenga que suele estar tapizado completamente de amancay y es uno de los clásicos de los que vivimos aquí en Bariloche: ir en verano a ver el valle. Y en otoño cuando se pone ocre y rojo antes de la caída de las hojas. Son dos momentos de esplendor», señala Moretti.

«Es una liliácea, una flor que tiene tépalos muy llamativos de mucho color. Es herbácea y se propaga mucho por rizomas. Y es una planta que alcanza los 40-50 centímetros de altura», agrega el experto, y destaca el sonido que hacen las semillas al caer y dispersarse tras la floración. (I)

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