Es cuestión de corazón (I) / P. Hugo Cisneros

Columnistas, Opinión

La crisis que sufre la juventud de hoy es precisamente una crisis de corazón. Hoy descubrimos a jóvenes de «corazón cerrado» que lo único que plensan es en ellos, en sus intereses, en sus asuntos». Son corazones que no tienen ojos sino para si misrnos, que no miran sino sólo su interior corno queriendo «acariciar” su propia riqueza engañándose al pensar que así la van a acrecentar o la van a disfrutar. El corazón no se hizo para disfrutado solo.

Hay otros jóvenes de «corazón marchito». Han hecho de su corazón sede de sus bajas pasiones, de sus malos instintos por eso en su corazón no pueden anidar bellos sentimentos, grandes ideales (es curioso, pero debemos admitir, que los ideales antes que de la mente províenen del corazón del hombre). El joven que tiene marchito su corazón ha perdido su originalidad, su autenticidad y sobre todo su creatividad innata. El joven de corazón marchito tiene que buscar fuera de sí «cosas» que le satisfagan y le «llenen».

Descubro que hay jóvenes que tienen un «corazón semiabierto». Dejan salir de él lo que les conviene, y dejan entrar en él lo que los interesa. Este tipo de corazón les convierte a los jóvenes en “personas” a “medias”, en seres indecisos, en jóvenes convencionalistas y oportunistas.

Hay otros jóvenes que tienen «un corazón volátil”, están siernpre volando. Su corazón se mueve según el viento que sopla,»según la ocasión  buena que se presenta, son jóvenes inestables, son jóvenes carentes de la madurez relativa propia de su edad, son chicos que lloran y ríen con la misma facilidad, son jóvenes que plantean a los mayores una permanente duda de interrogación: ¿qué es lo quieren estos jóvenes?

Juan Pablo II en su mensaje a los jóvenes en el estadio Olímpico de Quito señaló que la mayor crisis que ellos sufren es la crisis de corazón porque no aman. Es de desearse que los jóvenes se decidan por la formación de su corazón. Todo es cuestión de corazón. Cuando el corazón es sede y fuente de amor las cosas comienzan a cambiar y adquieren un nuevo y verdadero sentido.

Cuando en el corazón hay amor las acciones juveniles, cualquier acción que los jóvenes emprendan, son expresión de la entrega, del desinterés. Cuando es el amor el que reina en el corazón del joven el sacrificio es pequeña cosa para la entrega del cumplimiento de sus cornpromisos y responsabilidades juveniles tales como el estudio, el enamoramiento, el deporte, la diversión. (O)

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