Épocas para valientes / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión

Reconozcamos por un momento el mérito de ser ecuatorianos frente a tantas adversidades. Creo que tenemos que ser valientes para caminar cada día frente a una serie de circunstancias complejas y nos olvidamos de eso porque ya estamos hechos de caucho.

En primer lugar, para intentar emprender y avanzar económicamente en un ambiente hostil hacia cualquier iniciativa. Veamos lo del COE Nacional en la pandemia, por ejemplo. Dedicado con cualquier noticia internacional a limitar movilidad, aforos y a prohibir y cerrar lo que quede bien para los medios de comunicación. Impensable, de verdad. ¿Qué seguridad jurídica puede existir para un negocio que está pagando arriendo sin rebajas, personal sin ayudas y provisiones sin clientes fijos? Y, aún así, persisten varios ecuatorianos en seguir adelante y no darse por vencidos. Es que aquí se copian todas las malas decisiones de otros países pero rara vez las buenas.

Ahora pensemos en la inseguridad latente. Delincuentes armados hasta los dientes y ciudadanos desprotegidos sin nada que hacer. Motos con asaltantes que paran en bares y restaurantes y vacían los bolsillos a los comensales y, con suerte, no disparan y asesinan. Policías que cuando cumplen su deber son procesados y condenados a la cárcel. Y, a pesar de todo eso, seguimos adelante. No importa el abandono de las autoridades de turno sino las ganas de vivir. De ser ecuatorianos.

Conectado al segundo punto viene el tercero: la carga impositiva más fuerte a la clase media y profesional en toda nuestra historia republicana. Aprobada con la abstención técnica del supuesto peor enemigo del gobierno y, desde este mes de enero, digerida por los ciudadanos en el cálculo de lo que les descontarán de su sueldo cada mes. Impensable pagar tantos impuestos en un Estado que falla al retribuir lo más básico: seguridad y justicia.

Y a pesar de todo esto, seguimos. Creemos en nuestro país y no abandonamos la esperanza de que vendrán mejores días. Somos estoicos, después de todo. Guerreros incansables. (O)

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