Enseñanzas en tiempo de pandemia / P. Hugo Cisneros C.

Columnistas, Opinión

MENSAJES  
JUVENILES                                                                                



El tiempo que estamos viviendo nos exige que observemos ciertos comportamientos para evitar las consecuencias de la Pandemia en daño en nuestras personas y en nuestra vida humana.

Quiero comentar las más significativas como son el alejamiento, el Retiro en casa, la soledad, el silencia.

ALEJAMIENTO de todo lo que pueda afectar nuestra salud y nuestra persona, nuestro bienestar y nuestro futuro. Nosotros vivimos la “pandemia del mal y del pecado”. Cuanto mal nos hace el pecar pues condiciona toda nuestra existencia a la que la dejamos bajo la acción del mal y con el pecado. Cuantos de nosotros vivimos movidos por el mal con las consecuencias dañinas para todos. Qué mal nos hace convivir con el mal y con el pecado. Tenemos que alejarnos del mal y pecado para ver mejor nuestros objetivos, nuestro camino, nuestra meta, que al final es el supremo Bien que es Dios.

RETIRO. En esta pandemia nos hemos visto “obligados” a retirarnos a un espacio que aceptamos como bueno, útil. Ha sido un retiro a casa. Hemos descubierto que la “mejor casa” que tenemos y no podemos renunciar es nuestra conciencia, que casi siempre la tenemos descuidada y desarreglada. Que poco empeño ponemos en tener una “buena conciencia”, rica de valores, rica de dones espirituales, de orientaciones, rica de bondad y de amor. Qué bueno y que útil es tratar con alguien de buena conciencia. La conciencia nos impulsa a buscar siempre el bien, nos ayuda a descubrir nuestra capacidad para hacer el bien y ser “buena gente” con todos y con todo.

La SOLEDAD es un fenómeno que no podemos identificarlo con un encerramiento. Al contrario, es una capacidad del espíritu para abrirnos a todo sobre todo nuestros semejantes y descubrir que solos no podemos, sino junto a los demás todo es posible, aún ser buenos, plenos y completos, la soledad se convierte así en fuente de todo nuestro accionar bueno.

El SILENCIO es un acto de liberación de todas aquellas voces que nos perturban para, aprender a escuchar solo lo que Dios quiere de nosotros y en favor de nuestro bien de los demás. Todo esto nos lleva a vivir un encuentro con nosotros mismos, con el mundo que nos rodea comenzando con nuestro hogar; un encuentro con nuestra historia y finalmente descubrir cuanto valgo ante Dios y ante los demás. El silencio, finalmente nos lleva a descubrir y aceptar que cada día es para nosotros el último de nuestra existencia.

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