En la calle todo sigue igual

Columnistas, Opinión



La disolución de la Asamblea se advirtió como un escenario casi apocalíptico. Una vez ejecutada, escasos actores políticos protestaron, la mayoría guardó silencio. No hubo alboroto. En la calle todo sigue igual. Para los ciudadanos hay cosas más importantes que resolver.  

Guillermo Lasso, acabó aniquilando su período presidencial, convirtiéndose en espectador privilegiado del ocaso de su carrera política, siendo el causante de la sombra que deja el paso de la derecha por el palacio de gobierno y, posiblemente, transformándose en el responsable directo del retorno del socialismo del siglo XXI.

Más allá del presente o futuro del primer mandatario, en la calle todo sigue igual; hay miedo por el sicariato y la extorción; falta el empleo; aumenta la migración, escasean los medicamentos y crece la pobreza. Mientras, al finalizar el año estrenaremos un gobierno de transición e inmediatamente iniciará el camino a las elecciones del 2025. Habrá poco tiempo para cumplir las promesas de campaña. 

El registro de candidatos tendrá lugar entre el 28 de mayo y el 10 de junio; las votaciones serán el 20 de agosto; la segunda vuelta se realizará el 15 de octubre y la entrega de credenciales el 30 de noviembre aunque la posesión del nuevo gobierno no tiene fecha. El tiempo es el peor enemigo. Está prohibido equivocarse en la impresión de las papeletas o cometer errores que pondrían en riesgo el calendario. 

Los partidos y movimientos buscan a sus “mejores cuadros”, nadie entiende cómo después aparecen nominados poco idóneos. Los primeros pre-candidatos dejan ver sus pretensiones; algunos salieron casi inmediatamente, al parecer estaban preparados por si llegaba la muerte cruzada; unos cuantos declinaron su participación y otros se mantienen en reserva hasta el final. 

Hay caras nuevas y otras conocidas; algunos suman a sus colección una nueva camiseta; aparecen los optimistas que apenas llegarán al 1%; están los progresistas, conservadores y confundidos; los pacíficos y violentos; los impolutos y los bandidos; los youtubers, influencers, cantantes y deportistas; los empresarios y emprendedores; los demócratas y los absolutistas; los que viven de la política y los altruistas. 

La campaña oficial será efímera; en diez días todos dirán que son brillantes, inteligentes, experimentados y elocuentes; que los adversarios son todos corruptos, mentirosos, ignorantes e incompetentes y mostrarán encuestas donde son triunfadores. Mientras esto pasa, en la calle, todo sigue igual. (O)

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